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jueves, 11 de enero de 2018

El 'tiburón' nuclear: depredador de hierro de la Flota del Norte



Oleg Kuleshov

Un corresponsal de RBTH ha visitado el interior del mayor submarino del mundo, ha visto los misiles balísticos secretos Bulavá y cuenta qué hay que hacer para convertirse en un auténtico marino.

Este buque es único. Los submarinos de esta serie (el proyecto 941 o clase Typhoon según la clasificación de la OTAN) se consideran los más grandes del mundo. Tienen una longitud de 124 m, distancia que equivale a 2 campos de fútbol. La altura de este 'depredador' naval es similar a la de un edificio de 9 plantas. Los seis submarinos Akula (Tiburón en ruso) están registrados en el libro Guinness de los récords por sus enormes dimensiones.

Esto se debe a que tienen que alojar unos misiles balísticos de dimensiones no estándar que no caben a bordo de los submarinos convencionales. Actualmente, quedan tres unidades de los seis Akula construidos para la flota: el TK-17 Arjánguelsk, el TK-20 Severstal y el TK-208 Dmitri Donskói.

Aunque las pruebas con el misil balístico Bulavá ya han finalizado, el Dmitri Donskói sigue sirviendo en la división 18 de la Flota del Norte, ubicada en la base naval del mar Blanco, en la ciudad de Severodvinsk. La tripulación del crucero realiza continuas salidas para la ejecución de distintos tipos de pruebas; en este momento están preparando el submarino para misiones de combate en alta mar.



El lanzamisiles dispone de dos campanas de rescate situadas en la zona de la aleta y destinadas al salvamento de la tripulación. El cuerpo ligero lleva un recubrimiento antisónar de goma que reduce el nivel de ruido y tiene un peso total de 800 toneladas. Por esta razón, el submarino parece un juguete de goma gigante.



Desde la torre se desciende por una escalera al punto de control principal del submarino. Es aquí donde se controlan prácticamente todos los sistemas de la embarcación: los timones, los misiles y el armamento radiotécnico. Se podría decir que este punto es el cerebro del submarino. También aquí se desarrolla el ritual de iniciación de los marinos.

La ceremonia se celebra con todo aquel que se sumerja por primera vez, independientemente de su cargo o rango. Una vez bajo el agua, el marino debe beber un plafón de agua de mar. Después debe besar una almádena colgante (en el caso del Akula se besa una maza en recuerdo de los misiles homónimos —en ruso maza es 'bulavá'— que se probaron a bordo de esta embarcación). Lo más importante de este procedimiento es que la maza no te acabe golpeando en la cara. Quien sale airoso de este ritual, recibe el certificado de submarinista.



Los submarinos del proyecto 941 son únicos no tanto por sus dimensiones y su potencia como por la comodidad de sus instalaciones y las buenas condiciones del servicio, la alimentación y el descanso de la tripulación.

Dentro de los submarinos hay una zona de relajación que incluye una bania (sauna rusa), una piscina, un solárium, un gimnasio y una sala de relajación en cuyo interior hay un jardín de invierno.

Las máquinas de la izquierda fueron diseñadas por la oficina de diseño principal de estos submarinos (la oficina de diseño Rubin) y las de la derecha fueron un regalo de las organizaciones patrocinadoras.



La piscina tiene unas dimensiones de 4 × 2 metros y una profundidad de 2 metros. Se rellena con agua dulce y con agua de mar y está climatizada.



Los submarinistas van bastante a la sauna, pero más a la piscina. El ritmo de trabajo en el mar es muy intenso, apenas queda tiempo libre.



Hace unos años, el Akula podía presumir de tener un zoo: en el submarino vivían loros y canarios, aunque los pájaros no siempre podían soportar las presiones submarinas y el zoo se tuvo que suprimir.



El crucero Dmitri Donskói tiene dos cámaras de oficiales. La primera para el personal subalterno y la segunda, que alberga una exposición y está dedicada a la batalla de Kulikov, para los oficiales. Ahí es donde se encuentra la maza que utilizan para el ritual de iniciación.



A nosotros nos dejaron ver el salón del comandante, el cual consta de tres salas: la de negociaciones, el camarote del comandante y el camarote del mayor de a bordo.



No pudimos visitar otros compartimentos del Akula. A pesar de los años que tiene, muchas partes de este submarino se mantienen en secreto y están reservadas para los militares.

Según los planes del mando de la flota militar de Rusia, el crucero estará en servicio hasta el año 2022. Es probable que después se someta a una modernización para volver al servicio.

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