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martes, 26 de mayo de 2015

La captura y la caída de Palmira. El origen judío de la ciudad



Los terroristas del Isis (Daesh en hebreo) tuvieron éxito de apoderarse de la antigua ciudad de Palmira (Tadmor según su nombre en la Torá) en el territorio actual de Siria y derrotaron a las fuerzas del ejército leales al dictador Assad, de acuerdo a lo que hemos leído en los medios periodísticos estos días. La población local fue evacuada de allí y además de tomar el control de la zona arqueológica, la conquista es estratégica pues se apoderaron allí de armamento militar avanzado y tienen una ruta rápida de acceso a Damasco. El Talmud nos cuenta que hay en esta conquista, una alusión a la llegada del Mashíaj, los sabios nos transmitieron información de generación a generación sobre la asociación de los pobladores de Palmira a las legiones militares que destruyeron Jerusalem en dos momentos de la historia. Dice Rabí Iojanan: Dichoso quien ve la caída de Tadmor (Palmira), ¿ Por qué ? Pues fue socia de las dos destrucciones de Jerusalem. Iudan dijo: En la primera destrucción aportó 80.000 lanzadores de arcos y en la segunda aportó 40.000. Rab Huna dijo en la destrucción del segundo templo participó igual que en la del primero.

¿Cuándo aparece mencionada Tadmor en la Torá por primera vez ? Luego de la última prueba que superó el patriarca Abraham, la Akedá (Cuando Di-s le pidió que ofrendará a su hijo), dice el versículo: "Y heredarán tus descendientes los portones de tus enemigos", dice Rebi: Esto es Tadmor (Palmira). El Midrash ve justamente a Palmira como "el portón de los enemigos" de Israel por el odio persistente de Palmira a Israel, que los llevó a sumarse a los imperios que tomaban como decisión destruir el Gran Templo de Jerusalem. Hay que destacar que Palmira fue una ciudad que construyó el rey Salomón y los pobladores fueron desagradecidos y se rebelaron contra él, aliándose con otros enemigos de Israel. Rab Ashei explica en el Talmud que nunca la destrucción de Palmira fue completa, pues si la destruían de un lado, comenzaba a reconstruirse del otro y viceversa. 

El nombre verdadero de Palmira es Tarmod y sus habitantes denominados tarmudeos (tarmudaim en hebreo). Aparecen los tarmudeos mencionados en la Torá en relación a Januca, como los comerciantes que aguardaban la caída del sol, para vender en el último momento leña para calefacción al mayor precio de mercado. En el libro de Melajim (Reyes) y Dibrei Haiamim (Crónicas) está escrito que la ciudad fue construida por el rey Salomón junto a otras ciudades y participaron como obreros los sobrevivientes de los siete pueblos cananeos que habían invadido la tierra de Israel. 

En el Zohar está mencionada Tadmor como un lugar donde se agruparon los espíritus y las fuerzas del mal y simboliza la sabiduría de las naciones. Tadmor (Palmira) se independizó en un época de caos y desorden del imperio romano. Un pequeño reinado que duró 12 años solamente. Palmira es el nombre griego dado al lugar, está en Siria y dista 145 kilómetros al este de Homs y 240 kilómetros al oeste del río Eufrates. Tuvo un gran desarrollo económico en la época romana, pues estaba sobre una de las rutas más importantes del comercio mundial, entre la India, China y Occidente, siendo intermediaria de la relación comercial persa-romana. También tenía un gran ejército y abastecía a Roma de batallones de élite, que se desempeñaban no solo en el Medio Oriente sino también en África. (Ya vimos en las fuentes de la Torá el aporte de Tarmod a las dos destrucciones de Jerusalem).

En el año 634, hace 1381 años atrás fue conquistada la Palmira romana-bizantina por parte de los árabes y repoblada por sus conquistadores. Ellos le devolvieron su nombre hebreo original: Tarmod. Pero a partir de la llegada de los árabes, la ciudad decayó enormemente y cayó en el olvido por más de mil años. Solo en los últimos dos siglos se revelaron sus ruinas y la investigaron arqueólogos franceses e ingleses. Hoy en día es un pequeño poblado árabe con un área de un par de kilómetros cuadrados de ruinas históricas.

En el Jasidismo y en particular en las obras del Rebe de Lubavitch se explica como los tarmudeos simbolizan la rebelión al reinado del cielo, en hebreo Tarmod tiene las misma letras que Moredet (rebelión). La depuración de los tarmudeos se produjo con la revelación de las velas de Januca, que simbolizan el sacrificio, la entrega total para conservar la identidad judía y cuidar que la Torá y Mitzvot conserven su carácter Divino y no sean rebajadas y degradadas, como una cultura más del imperio helénico. 

A través de la revelación de la luminaria de la Torá, el Jasidismo se puede prevalecer sobre quienes hoy, por última vez se rebelan contra la verdad del Creador.

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