El Ejército ruso tardaría solo 60 horas en tomar las capitales de Estonia y Letonia si se lo propusiese, está convencido el asesor del secretario de Defensa de EE.UU. para Rusia, Ucrania y Eurasia Michael Carpenter. En un encuentro con senadores estadounidenses, el responsable estadounidense admitió que actualmente la OTAN "no puede defender con garantías de éxito el territorio de sus miembros más vulnerables", recoge 'The Weekly Standard'.
Moscú cuenta con ventajas geográficas en la región báltica, admitió el funcionario. La tendencia solo podrá ser revertida si la alianza atlántica desplegara siete brigadas adicionales a lo largo de las fronteras rusas, agregó.
Carpenter se mostró convencido de que el despliegue de una brigada de tropas blindadas estadounidenses en los países bálticos –prevista para 2017– sería un alivio para Tallin y Riga si se enfrentaran a la imaginara amenaza rusa. El Pentágono ya tiene previstas las inversiones necesarias, aseguró el responsable a los funcionarios.
¿Dónde está la amenaza?
Con el pretexto del supuesto peligro ruso, la OTAN no deja de maniobrar en los países vecinos de Rusia desde que comenzó 2016. En los ejercicios Anakonda 16, que transcurren en estos momentos en Polonia, participan más de 31.000 efectivos provenientes de casi todos los 24 países de la alianza. De forma simultánea, otro simulacro militar tiene lugar en el Báltico: los ejercicios Saber Strike (Ataque de Sable), que involucran a 10.000 soldados de 13 países.
En Rusia el refuerzo militar en las fronteras orientales de la OTAN se suele calificar de histérico o paranoico. Según declaró a principios de este año el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, algunos países de la alianza atlántica "inflan hasta la histeria el mito de la amenaza rusa o de que planeamos amenazar con armas nucleares a Suecia y a los Países Bálticos". "Es una guerra informativa. Lo vemos y lo entendemos", agregó el diplomático, pero Moscú no está dispuesto a "responder a la histeria con histeria".
Moscú hará todo lo necesario para mantener un equilibrio de las fuerzas armadas en Europa, afirmó en varias ocasiones el representante permanente de Rusia ante la OTAN, Alexander Grushkó. Responderá a cualquier intento de establecer una supremacía militar. Rusia ha dejado claro que no pretende entrar en una nueva carrera armamentista con países de la Alianza.
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