Dimitri Steshin, corresponsal especial del departamento de política de la revista Komsomolskaya Pravda, afirma que el olimpismo definitivamente ha perdido su esencia y que en el siglo XXI ya no detienen las guerras durante los Juegos Olímpicos, sino que se aprovechan dichas celebraciones para desencadenar conflictos.
El periodista recuerda los JJOO de 2008 cuando hacia Osetia del Sur “se dirigieron columnas de tanques georgianos”, así como los de Sochi 2014, cuando “una explosión al pie del monumento de la Libertad estalló en la plaza Maidán” en la capital ucraniana.
En vísperas de los nuevos Juegos Olímpicos, esta vez en Río, Steshin sostiene que la situación de conflicto puede repetirse y expone las palabras que leyó en el blog de un residente de Donbás: “Ahora la artillería ucraniana está atacando el cadáver de los acuerdos de Minsk. Los bombardeos de Donbás llevan dos semanas cobrando fuerza”.
El corresponsal asegura que “en Kiev están esperando cuando se encienda la antorcha olímpica y a los todopoderosos les deje de importar la destrucción de las casas y la muerte de la gente. Entonces será posible dar una paliza al Donbás desobediente sin ser castigados y pasar por alto los acuerdos de Minsk”.
Según Steshin, las señales de una guerra cercana inundan el espacio mediático. Además, sostiene que la oposición ucraniana grita sobre el inicio de una guerra.
El autor cita a Denís Pushilin, representante de la autoproclamada república de Donetsk: “El ambiente sigue siendo tenso, en cualquier momento la situación puede estallar y convertirse en un conflicto armado de pleno valor”.
Todo esto podría parecer una exageración, pero paralelamente, el gobierno de Kiev ha amenazado con una posible movilización inmediata de tropas, en caso de agravarse la situación en la zona del conflicto en Donbás, según declaró el secretario del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional de Ucrania, Alexandr Turchínov.
Alexandr Turchínov
“En caso del agravamiento de la situación en el frente se anunciará inmediatamente una nueva movilización”, dijo Turchínov en rueda de prensa.
¿Acaso el gobierno ucraniano ya prevé que “habrá un agravamiento de la situación en Donbás”?
Al respecto, cabe destacar que estos últimos días Putin ha cesado al embajador ruso en Ucrania, Mijaíl Zurábov, que estaba al frente de la misión diplomática desde 2009, en lo que es considerado un proceso de remodelación de los altos cargos públicos.
Sin embargo, el gobierno de Kiev se niega a aceptar el nombramiento del nuevo embajador de Rusia, aduciendo a la tensa situación en Donbás.
Todo ello contribuye a dar sentido a los temores expuestos por Steshin, acerca del aprovechamiento de la celebración de los Juegos Olímpicos para recrudecer el conflicto en la región pro-rusa del sur de Ucrania.
Cabe destacar que de producirse dicha escalada del conflicto, precisamente durante los Juegos Olímpicos, ello pondría a Rusia en una situación difícil a la hora de ofrecer una respuesta firme.
Una agresión ucraniana contra los pro-rusos de Donbás, (que probablemente sería calificada como “una agresión mutua en la que los agresivos pro-rusos de Donbás reciben apoyo de Putin”), debería ser respondida firmemente por el presidente ruso para ofrecer una imagen de fuerza, algo que sin duda los medios occidentales aprovecharían para ensuciar la imagen de Rusia, ya suficientemente afectada tras la polémica suscitada por el dopaje de los deportistas rusos.
El argumento con el que se atacaría a Putin por parte de occidente, sería que “su país ni tan solo respeta el espíritu olímpico, y que en plena celebración deportiva (donde sus deportistas van dopados), aprovecha para azuzar un conflicto que estaba en vías de resolución”.
De momento, no obstante, todas estas conjeturas no se basan más que en amenazas veladas, aunque los movimientos que se están realizando de forma callada, sientan las bases para que se produzca alguna maniobra sucia por parte de una Ucrania manipulada por la OTAN.
Fuente:http://mundo.sputniknews.com/mundo/20160805/1062636675/jjoo-guerra-olimpismo.html
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