“No sabemos con certeza qué es y tampoco hay forma de averiguarlo”. Así reaccionaba públicamente la subsecretaria de Estado norteamericana para el Control de Armas ante la reciente aparición de un misterioso artefacto espacial ruso orbitando la tierra.
"La conducta del satélite en órbita no concuerda con nada visto antes”, aseguró Yleem Poblete durante una conferencia sobre desarme celebrada en Suiza el pasado 15 de agosto. “Las intenciones rusas con respecto a este satélite no son claras y obviamente son un desarrollo muy preocupante”. Todas estas acusaciones han sido negadas por el gobierno ruso, alegando que se trata de sospechas “infundadas”.
El Kosmos 2519
El origen de esta polémica se remonta al verano de 2017. El 23 de junio la lanzadera espacial Soyuz despegó hacia la órbita terrestre desde el cosmódromo de Plesetsk. En su cofia albergaba un satélite militar ruso de pequeño tamaño, el Kosmos 2519, que una vez fuera de la atmósfera fue puesto en órbita. Rusia no dio información oficial sobre la misión o naturaleza del aparato.
Exactamente dos meses después del lanzamiento, Estados Unidos detectó un comportamiento anómalo en el satélite, que ya orbitaba la tierra: una parte del engendro se separó, generando un nuevo artefacto. Se le bautizó como Kosmos 2521.
Aparece un tercer satélite
La sorpresa fue total cuando, una semana después, el satélite ‘nodriza’ se abrió una vez más y dejó salir otro nuevo artefacto militar: el Kosmos 2523.
Los misteriosos satélites de las fuerzas armadas rusas han estado orbitando la tierra discretamente hasta que, el pasado mes de agosto, Estados Unidos presentó una queja formal por la “militarización” del espacio.
Paralelamente, el pasado día 10, el vicepresidente estadounidense Mike Pence anunció que su país creará para el año 2020 un “ejército espacial”. Según dijo, este será “el próximo campo de batalla”. Y acusó a Rusia, China y Corea del Norte de querer liquidar los sistemas satelitales de Estados Unidos.
Un destructor satelital ruso
Tal y como relata el astrofísico y divulgador Daniel Martín en su blog ‘Naukas’, la comunidad de observadores aficionados de satélites detectó extraños movimientos en este trio de artefactos rusos. Cruzando datos publicados por la prensa rusa, llegaron a una conclusión: se trata de satélites “inspectores” que vigilan a otros satélites. Moscú sigue guardando silencio sobre su objetivo y naturaleza.
La principal hipótesis que se maneja es que estos satélites han sido creados para fotografiar y ‘espiar’ a artefactos espaciales de otros países. Pero a esta comunidad le ha llamado la atención las acusaciones directas de la Casa Blanca a Rusia de este mes de agosto, en la que hablan abiertamente de un “arma” espacial lanzada en agosto de 2017.
Por ello, se sospecha que el satélite Kosmos 2523 -el último y más extraño engendro de los tres- sea en realidad un arma ‘destructora’ de otros artefactos y que se sirva de algún tipo de tecnología avanzada con rayo laser o microondas. Pese a su reducido tamaño, se especula que podría inhabilitar satélites militares y civiles estadounidenses en el espacio, afectando por ejemplo al sistema de GPS o a las comunicaciones móviles. Una ventaja estratégica fundamental en caso de conflicto.
Analistas militares: la guerra espacial ya ha comenzado
El espacio es todavía un terreno militar prácticamente exclusivo de las grandes potencias. Las fuerzas armadas españolas han irrumpido recientemente con el lanzamiento del satélite PAZ, vital para la inteligencia militar.
Supone un gran avance para España, pero “minúsculo comparado con otros países” asegura a ECD una fuente militar que ha desarrollado toda su carrera profesional en asuntos relacionados con la ingeniería aeroespacial y satelital. Pide no ser identificado ya que está en activo.
Preguntado sobre si el mundo se encuentra ante una nueva carrera armamentística entre Estados Unidos y Rusia, asegura que “no hay ninguna duda al respecto”. “Estados Unidos se está quejando del desarrollo de armas espaciales y sistemas antisatélite (ASAT), pero lo cierto es que ellos también están trabajando en esa misma dirección. Al igual que China, India e Israel también trabajan en sus prototipos” explica.
“Los tratados internacionales prohíben que las fuerzas armadas desplieguen armas contra satélites en órbita, pero los tratados no se respetan. Rusia ha anunciado que va a desarrollar un proyecto para situar en la órbita baja de la tierra misiles nucleares. Yo diría que el enfrentamiento ya ha empezado”, advierte este experto.
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