El Secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, con su nieta Isabelle Dobbs-Higginson, de dos años de edad, y el secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, firman el Acuerdo de Cambio Climático COP21 en nombre de Estados Unidos durante una ceremonia en el Día de la Tierra, 22 de abril de 2016, en el Salón de la Asamblea General de la ONU en Nueva York. Crédito: U.S. Department of State Flickr |
El presidente electo Donald Trump ahora tiene la libertad para cumplir con su promesa de "cancelar" el histórico acuerdo climático del año pasado.
Trump dijo durante la campaña presidencial de este año que de ser electo, retiraría a Estados Unidos del Acuerdo de París o, al menos, lo "renegociaría". Ahora puede intentarlo.
"Las repetidas promesas del presidente electo Trump en la campaña fueron bastante claras", dijo Myron Ebell, jefe de su equipo de transición de la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU. (EPA), en un correo electrónico el jueves.
El multimillonario y escéptico de la ciencia climática dijo no solo que desvincularía a Estados Unidos del acuerdo, alcanzado por casi 200 países el año pasado cerca de la capital francesa, sino que también retiraría todo el financiamiento para la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU y redirigirá los fondos de los programas de clima a proyectos de infraestructura.
El equipo de transición de Trump y los legisladores republicanos argumentan que salirse del acuerdo sería simple, porque no ha sido ratificado por el Senado. Trece republicanos del Senado enviaron una carta la semana pasada al Secretario de Estado John Kerry declarando que "los acuerdos exclusivos del ejecutivo", como el Departamento de Estado de Obama describe al acuerdo de París, constituyen "una de las formas más bajas de compromiso que Estados Unidos puede hacer y seguir siendo considerado como parte de un acuerdo”.
El presidente del Comité del Senado sobre Medio Ambiente y Obras Públicas Jim Inhofe (R-Okla.), y quien encabezó la carta, señaló el miércoles que los republicanos han emitido advertencias similares durante más de un año, "pero nadie quería creernos".
"El mensaje ya no puede ser ignorado: cuando el presidente actúa al margen del Congreso, los estadounidenses no lo apoyan ", dijo en un comunicado.
Pocos dicen que el acuerdo de París tiene el poder suficiente para convencer al gobierno de Trump a cumplir con las promesas de la administración Obama en cuanto a reducción de emisiones y financiamiento, pero las opiniones difieren en los procedimientos que tendría que seguir para hacerlo.
"Está el lado internacional y el lado doméstico", dijo Dan Bodansky, profesor de derecho en la Universidad Estatal de Arizona y experto en negociaciones climáticas.
¿CUÁN RÁPIDO PODRÍA TRUMP SALIRSE?
Los requisitos del derecho internacional son algo complicados. Una de las razones por las que Obama ayudó a poner el trato en vigor a principios de este año es porque eso significaba que cualquier país que fuera parte del acuerdo no podría abandonarlo hasta completar un proceso de retirada que toma cuatro años.
Michael Wara, profesor de derecho ambiental en la Facultad de Derecho de Stanford, dijo que Trump podría usar su investidura para emitir un comunicado ejecutivo que retire a Estados Unidos de París, pero incluso si lo hiciera, Estados Unidos seguiría siendo parte de él por cuatro años más y estaría sujeto a sus compromisos de procedimiento jurídicamente vinculantes.
Si Estados Unidos no cumple con sus obligaciones, las cuales están siendo negociadas a partir de ahora en la conferencia climática de la ONU en Marrakech, Marruecos, violaría el derecho internacional.
Estados Unidos podría tomar un atajo y salirse de la UNFCCC, una medida que podría ser probable, dadas las críticas de Trump al organismo de la ONU. Eso podría completarse en un año, en lugar de cuatro e implicaría también el abandono del acuerdo de París. También, la administración de Trump podría enviar observadores para monitorear las negociaciones, pero no participar en ellas y negarse a llevar a cabo la promesa de Obama de una contribución nacional fijada para reducir las emisiones de dióxido de carbono de 26 a 28 por ciento en comparación con los niveles de 2005 para 2025.
Estados Unidos está a punto de no poder lograr ese objetivo si no se toman acciones adicionales, cosa que será una tarea difícil ahora que los republicanos tienen el control de las ramas legislativa y ejecutiva del gobierno federal.
Estados Unidos y otros miembros están llamados a presentar, en el año 2020, sus nuevas contribuciones a nivel nacional para el año 2030. Wara dijo que Trump podría promover el status quo para seguir del lado correcto del derecho internacional.
Mas parece poco probable que el pomposo presidente electo opte por un resultado mediocre, pero sigiloso, en lugar de una salida grandiosa.
Ebell ha dicho que espera que Trump presente el acuerdo al Senado, o que la cámara alta vote por iniciativa propia. Hacerlo “dejaría en claro la postura de Estados Unidos", dijo en una entrevista reciente.
"Esto no se trata solo de lo que el Presidente piensa –Obama está a favor y Trump está en contra–, sino de lo que piensa el país y de lo que el Senado aconseja y aprueba", dijo.
Ebell condenó el acuerdo como un intento de "poner la economía del mundo al revés y enviar a los pobres a la pobreza perpetua".
Wara dijo que una votación en el Senado no sería "relevante legalmente, dada la situación del acuerdo”.
DEJAR PARÍS TIENE CONSECUENCIAS
Tanto los ambientalistas en Estados Unidos, como los asistentes a la conferencia de Marrakech, dijeron que esperan que Trump no se retire de París, a pesar de haber pasado más de un año diciendo que lo haría. Notaron que él no es un político experimentado.
"No hay historia (que os permita anticipar) cómo se moverá de la arena de la campaña a la de gobernante", dijo David Waskow, del Instituto de Recursos Mundiales.
Varios observadores señalan que Trump raramente ha articulado planes de política claros, lo que los lleva a creer que podría reconsiderar sus posiciones de campaña una vez en el cargo.
Wara dijo que Trump no parecía darse cuenta, por ejemplo, de que su apoyo declarado al desarrollo de petróleo y gas natural en Estados Unidos estaba en desacuerdo con su promesa de impulsar la industria nacional del carbón, que ha sido debilitada por el abundante y barato gas.
Los partidarios del clima también dicen que Trump no debe retirarse de París, porque hacerlo podría socavar su capacidad de interesar a otros líderes en los temas de mayor prioridad en su lista de tareas pendientes.
"Si el Presidente Trump no honra los compromisos de Estados Unidos bajo el Acuerdo de París, afectará negativamente su capacidad de obtener cooperación de los líderes mundiales en otras cuestiones que le preocupan, como el comercio y el terrorismo", dijo Alden Meyer, director de estrategia y política en la Unión de Científicos Preocupados, durante una reunión informativa en Marrakech.
Frank Maisano, de Bracewell LLP, dijo que la ascensión de Trump no socava a París, porque es "simbólica".
"Esto es solo un golpe a los esfuerzos globales de los procesos de las Naciones Unidas, los cuales continúan con frecuencia siendo difíciles y estando rotos", dijo Maisano.
"Los temas de energía limpia y tecnología seguirán desempeñando un papel importante en los esfuerzos internacionales para reducir las emisiones", al hacerse eco del tema los ambientalistas también están expresando su punto sobre las elecciones.
"Busque a las naciones que no están enamoradas de los detalles sobre cómo cumplir con el Acuerdo de París y use esto como una razón para plantear nuevas preocupaciones", dijo Maisano.
En una rueda de prensa con defensores del clima de Estados Unidos, en Marrakech, un reportero de un medio en Nueva Delhi preguntó si los países pobres pueden "contar con la obligación moral del próximo presidente de Estados Unidos" cuando se trata de promesas de financiamiento climático.
La victoria de Trump hace improbable que Estados Unidos cumpla con el pago de $ 2.500 millones que todavía debe al Fondo de Clima Verde de la ONU, y es probable que la nueva administración reduzca la ayuda externa en general.
Los defensores expresaron su apoyo a la ayuda, pero agregaron que los países en desarrollo no deberían retroceder de sus propios compromisos.
"El mundo no debe esperar a ningún país", dijo Li Shuo, consejero de política global de Greenpeace en Asia Oriential.
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