La imprevisibilidad del comportamiento de los buques de la Armada de EEUU se está convirtiendo en una amenaza para el transporte marítimo internacional, escribe el columnista de Sputnik, Alexandr Jrolenko.
En su nuevo artículo, el autor recuerda que el destructor de misiles estadounidense John McCain chocó el 21 de agosto con un petrolero cerca de la costa de Singapur.
Según el portavoz de la Flota, el destructor sufrió varios daños en la popa, al menos diez miembros de la tripulación desaparecieron y otros cinco resultaron heridos.
El buque retuvo el rumbo pero perdió la capacidad para el combate, detalla Jrolenko. El presidente de EEUU, Donald Trump, calificó el incidente de "muy malo".
El buque tanque Alni MC (bajo la bandera de Liberia) está dañado también, pero los tripulantes no sufrieron daños. Se inició una investigación de lo ocurrido. Las autoridades de Singapur y Birmania están llevando a cabo operaciones de búsqueda y salvamento.
No es el único caso. Así, el 17 de junio cerca de las costas japonesas el destructor estadounidense Fitzgerald recibió una brecha al chocar con el barco de contenedores filipino ACX Crystal, cuyo capitán admitió que el destructor no había respondido a sus señales. Como resultado, siete marineros de EEUU murieron.
"Los resultados de la investigación posterior mostraron que la colisión se debió a los errores cometidos por la tripulación estadounidense", subraya el autor.
Además, la portavoz del Ministerio de China, Hua Chunying, expresó la preocupaciónpor la amenaza a la seguridad de la navegación en el mar de China Meridional.
Navegación de 'exclusividad'
Decenas de buques de diferentes países navegan simultáneamente en los estrechos de Asia, pero es una navegación bien ordenada por las reglas marítimas, igual que en una autopista. Sin embargo, las colisiones en el mar se hacen más frecuentes, y en muchos casos por culpa de EEUU.
El destructor de misiles John McCain de la clase Arleigh Burk fue botado en 1992. Dispone de un sistema desarrollado de armamento de misiles y sistema de control Aegis que incluye un radar eficaz para la detección de objetivos aéreos y de superficie. Su tripulación es de 337 personas.
De esta manera, prosigue Jrolenko, es imposible que nadie estuviera de guardia a la hora de chocar con el petrolero.
"Por supuesto, a un buque de gran tamaño le cuesta mucho maniobrar, pero el espacio del mar es bastante vasto", apunta.
Se sabe que la zona de circulación de los buques es bastante peligrosa, pero las reglas de navegación lo tienen en cuenta. De esta manera, según Jrolenko, "la estadística de las colisiones estadounidenses se encuentra al borde de la psicología y la ideología de exclusividad".
Las colisiones regulares de los buques de combate de la Armada de EEUU con los barcos civiles parecen lógicas debido al "descuido de las normas internacionales" y la desatención a los países de "segunda categoría", profundiza el autor.
Cabe recordar que en verano de 2016 el destructor estadounidense Gravely se acercó deliberadamente al patrullero ruso Yaroslavl Mudri a una distancia de 60 metros, además de haber cruzado su rumbo a una distancia de 180 metros.
Oración en lugar de reglas
Al ser informado sobre el incidente de agosto, el senador McCain publicó un mensaje en su página de Twitter, diciendo que rezaría por los tripulantes del destructor.
A juicio del autor, es posible que los tripulantes de John McCain lo vieran todo, pero creyeron que la tripulación filipina estaba obligada a ceder paso a las "fuerzas predominantes".
"No obstante, el número de tales situaciones ya está generando graves consecuencias: solo en los dos últimos incidentes murieron 17 marineros militares", destaca Jrolenko.
Según prosigue, las "incursiones atrevidas" del McCain en el mar de China Meridional cerca de la Islas Spratly, que es un territorio en disputa entre varios países, causan un grave descontento de China, que podría "conllevar grandes pérdidas de EEUU".
Jrolenko profundiza que se puede tratar de la "magia del nombre". El destructor John McCain fue nombrado en honor del abuelo y el padre del senador republicano John McCain. Los tres sirvieron en la Marina de EEUU.
"Sin embargo, en un entorno difícil sería más apropiado cumplir con las normas internacionales de navegación en lugar de rezar, como lo hace el senador McCain. El mar no perdona errores", subraya el autor.
De acuerdo con The National Interest, la principal desventaja de los destructores de la clase Arleigh Burke es su debilidad en un combate antibuque, ya que no dispone de la cantidad suficiente de medios para este tipo de enfrentamiento.
Sin embargo, es una característica de diseño deliberado, debido a que estos destructores "no tienen amenazas superficiales serias", según el medio.
"Resulta que hay un montón de amenazas para los destructores estadounidenses, incluidos los buques de contenedores 'invisibles' y buques tanques", ironiza Jrolenko.
De esta manera, prosigue Jrolenko, es imposible que nadie estuviera de guardia a la hora de chocar con el petrolero.
"Por supuesto, a un buque de gran tamaño le cuesta mucho maniobrar, pero el espacio del mar es bastante vasto", apunta.
Se sabe que la zona de circulación de los buques es bastante peligrosa, pero las reglas de navegación lo tienen en cuenta. De esta manera, según Jrolenko, "la estadística de las colisiones estadounidenses se encuentra al borde de la psicología y la ideología de exclusividad".
Las colisiones regulares de los buques de combate de la Armada de EEUU con los barcos civiles parecen lógicas debido al "descuido de las normas internacionales" y la desatención a los países de "segunda categoría", profundiza el autor.
Cabe recordar que en verano de 2016 el destructor estadounidense Gravely se acercó deliberadamente al patrullero ruso Yaroslavl Mudri a una distancia de 60 metros, además de haber cruzado su rumbo a una distancia de 180 metros.
Oración en lugar de reglas
Al ser informado sobre el incidente de agosto, el senador McCain publicó un mensaje en su página de Twitter, diciendo que rezaría por los tripulantes del destructor.
A juicio del autor, es posible que los tripulantes de John McCain lo vieran todo, pero creyeron que la tripulación filipina estaba obligada a ceder paso a las "fuerzas predominantes".
"No obstante, el número de tales situaciones ya está generando graves consecuencias: solo en los dos últimos incidentes murieron 17 marineros militares", destaca Jrolenko.
Según prosigue, las "incursiones atrevidas" del McCain en el mar de China Meridional cerca de la Islas Spratly, que es un territorio en disputa entre varios países, causan un grave descontento de China, que podría "conllevar grandes pérdidas de EEUU".
Jrolenko profundiza que se puede tratar de la "magia del nombre". El destructor John McCain fue nombrado en honor del abuelo y el padre del senador republicano John McCain. Los tres sirvieron en la Marina de EEUU.
"Sin embargo, en un entorno difícil sería más apropiado cumplir con las normas internacionales de navegación en lugar de rezar, como lo hace el senador McCain. El mar no perdona errores", subraya el autor.
De acuerdo con The National Interest, la principal desventaja de los destructores de la clase Arleigh Burke es su debilidad en un combate antibuque, ya que no dispone de la cantidad suficiente de medios para este tipo de enfrentamiento.
Sin embargo, es una característica de diseño deliberado, debido a que estos destructores "no tienen amenazas superficiales serias", según el medio.
"Resulta que hay un montón de amenazas para los destructores estadounidenses, incluidos los buques de contenedores 'invisibles' y buques tanques", ironiza Jrolenko.
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