En un gran giro político, EE.UU. y Arabia Saudí han estado instando a la ‘oposición’ armada siria a aceptar el papel de Bashar al-Asad en el futuro de Siria.
Lo indicó el jueves la agencia estadounidense de noticias The Associated Press (AP) en un informe, citando a fuentes anónimas que están en contacto con los llamados grupos opositores sirios fuera del país árabe.
“Mientras Damasco revierte las pérdidas militares en gran parte estratégicamente importante en el oeste del país y los Estados extranjeros recortan el apoyo a las fuerzas rebeldes, los diplomáticos desde Washington hasta Riad están pidiendo a los representantes de la oposición siria llegar a un acuerdo con el presidente Bashar al-Asad sobre su supervivencia política”, así empieza su informe AP.
El texto recuerda que el Ejército sirio y las fuerzas progubernamentales tienen una ventaja irreversible en el campo de batalla contra las bandas armadas y opositores mientras que los patrocinadores regionales y occidentales de los llamados rebeldes sirios están más enfocados en promover sus propios intereses en lugar de obtener el cambio de régimen en Damasco.
Actualmente, el Gobierno sirio tiene bajo su control la mayor parte occidental poblada, mientras que los terroristas de EIIL (Daesh, en árabe) y Al-Qaeda, los kurdos respaldados por Estados Unidos y las milicias apoyados por Turquía controlan las restantes partes en el norte, este y sur. Además, se creó una zona segura en el sur donde casi no hay combates. Toda esta situación es una ventaja para Damasco.
Mientras Damasco revierte las pérdidas militares en gran parte estratégicamente importante en el oeste del país y los Estados extranjeros recortan el apoyo a las fuerzas rebeldes, los diplomáticos desde Washington hasta Riad están pidiendo a los representantes de la oposición siria llegar a un acuerdo con el presidente Bashar al-Asad sobre su supervivencia política”, así empieza su informe AP.
El exembajador estadounidense en Siria, Robert Ford, que es ampliamente considerado como el ingeniero de guerra civil de Washington en diferentes partes del mundo y un instigador clave del conflicto sirio en 2011, descartó la posibilidad de la expulsión de Al-Asad del poder, subrayando que “no hay una alineación militar imaginable que vaya a ser capaz de eliminarlo (…) Todos incluyendo Estados Unidos, han reconocido que Al-Asad se está quedando”.
Según la fuente consultada por AP, los principales patrocinadores de la principal alianza opositora siria, el Alto Comité de Negociaciones (ACN o HNC, por sus siglas en inglés), están instando al grupo a adaptarse a las nuevas realidades. En concreto, el canciller saudí, Adel al-Yubeir, había dicho a la oposición que era hora de formular “una nueva versión”.
“No dijo explícitamente que Bashar [Al-Asad] va a quedarse, pero si lees entre líneas, si dices que debe haber una nueva visión, ¿cuál es la cuestión más polémica? Es si Bashar se queda”, opinó la fuente que pidió permanecer en el anonimato, al agregar que diferentes grupos opositores están conversando entre sí para llegar a una postura común, pero tienen profundas discrepancias sobre el futuro político de Al-Asad en Siria.
Por otra parte, el informe afirma que el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, transfirió recientemente la nueva postura de la Administración de Donald Trump respecto a Siria al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres; explicándole que Washington ya quiere “dejar el destino de Siria en manos de Rusia”.
En un raro discurso público ante los diplomáticos sirios en Damasco esta semana, Al-Asad ridiculizó a Occidente y declaró que Siria mirará al este cuando se trata de relaciones políticas, económicas y culturales. “No les daremos [a nuestros enemigos] en política lo que no lograron en la guerra”, señaló.
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