Italia quiere unirse al proyecto chino 'Un cinturón, una ruta' para estimular sus exportaciones, según dijo el vice primer ministro Luigi di Maio el 10 de marzo. El primer ministro, Giuseppe Conte, había dicho con anterioridad que podía firmar un acuerdo marco con el presidente chino, Xi Jinping, sobre la participación italiana en el proyecto.
El plan beneficiaría a la economía italiana y tendría las de ganar, según los expertos consultados por Sputnik. Y ello a pesar del temor de EEUU a que el líder chino ponga una oferta suculenta sobre la mesa durante la visita que efectuará a Italia a finales de marzo.
Y es que 6 de marzo, el representante del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Garrett Marquis, señaló al Financial Times que la iniciativa 'Un cinturón, una ruta' era beneficiosa para China, pero no para Italia. El artículo señala que Estados Unidos está irritado por la perspectiva de que Italia se una a la iniciativa china, y advierte que el proyecto podría dañar significativamente la imagen internacional de Roma.
El vice primer ministro italiano, Luigi di Maio, respondió a Marquis durante un evento en Milán organizado por los partidarios de su partido 5 Estrellas. Respetó las preocupaciones de Estados Unidos, pero dijo que el mercado chino estaba hambriento de hacerse con los secretos del 'Made in Italy'.
"Que quede claro que estamos mirando a la Ruta de la Seda, hacia China, para estimular nuestras exportaciones. Esto no significa un acuerdo político con China, sino solo que ayudamos a nuestras empresas", dijo el vice primer ministro italiano.
Wang Yiwei, profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de la Universidad Popular China, subraya a Sputnik que los sectores bancario y financiero italianos se enfrentan a una crisis y que el país necesita inversiones, por lo que depende del capital chino.
"Estados Unidos entiende que 'Un cinturón, una ruta' plantea un desafío tanto a sus propias normas como a la europeas, por lo que no quiere que Italia sea parte de este proyecto (…) Entienden que la adhesión de Italia a la iniciativa china destruirá la cohesión de Occidente", dice.
El 8 de marzo, el primer ministro italiano Giuseppe Conte no descartó la firma de un acuerdo marco sobre la participación en el proyecto coincidiendo con la visita de Xi a China. El politólogo y profesor de la Universidad de San Petersburgo Alexandr Sergunin comentó sobre la próxima visita:
"El éxito de esta visita dependerá de lo que China ofrezca exactamente a los italianos, de las inversiones y de las áreas que toquen. Si se hace, el Gobierno actual, que siempre se sitúa bastante alejado de Bruselas y de Estados Unidos, se unirá a la iniciativa china".
Conte planea asistir a la cumbre de abril en Pekín sobre la Ruta de la Seda. A la cita prometió trasladar los estándares comerciales de la UE al ambicioso proyecto chino.
Renzo Cavalieri, profesor de derecho chino en la Universidad de Venecia en Ca' Foscari, explica a Sputnik el motivo por el que, a su juicio, Estados Unidos quiere mantener a Italia fuera del proyecto chino.
"Existe ahora mismo una pugna por la influencia entre Estados Unidos y China. Estados Unidos teme que Italia, como eslabón débil del sistema económico europeo, y en particular entre los países del G7, pueda convertirse en un caballo de Troya para los chinos. De esta forma Italia puede permitir a China penetrar en la economía europea", explica.
Según Alexandr Sergunin, profesor en Ciencias Políticas de la Escuela Superior de Economía de Moscú, la posible firma de un acuerdo marco con Italia puede empujar a otros países a hacer lo mismo. Señala que Noruega, Islandia, Finlandia y Groenlandia —que gozan de cierta autonomía de Dinamarca-, cooperan activamente con China.
En cuanto a China, "no se hundirá bajo la presión de las críticas al proyecto 'Un cinturón, una ruta', en palabras del ministro de Exteriores chino, Wang Yi, durante una conferencia de prensa el 8 de marzo. Yi negó que el proyecto sea una "trampa de la deuda" para los países pequeños. Comparó el proyecto con un "pastel económico", cuyas piezas beneficiarían a la población de cada país.
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