Aviones de combate del Ejército y el Cuerpo de Guardianes de Irán han participado este viernes en unas maniobras militares preparatorias en el Golfo Pérsico.
Varias aeronaves tácticas, de reconocimiento, de transporte y de patrulla de la Fuerza Aérea del Ejército y el Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) han asistido a la segunda jornada de los ejercicios en la base aérea de Shahid Abdolkarimi en la ciudad portuaria de Bandar Abás, sita en la provincia sureña de Hormozgan.
Estas prácticas buscan aumentar la preparación de las unidades militares para un desfile aéreo que realizarán el domingo de manera conjunta el Ejército y el CGRI. La fecha coincide con el aniversario de la Semana de la Defensa Sagrada, que marca el comienzo de la guerra de ocho años impuesta por el régimen de Baas de Irak a Irán en 1980.
Además de los aviones de combate, 200 fragatas y lanchas rápidas también mostrarán el poder naval de la República Islámica durante el desfile del domingo.
El subcomandante de la Fuerza Aérea del Ejército, el general de brigada Hamid Vahedi, dijo el jueves que el desfile “envía el mensaje de paz y amistad a los vecinos” y aumenta la seguridad en los cielos del país persa.
El oficial de alto rango destacó el papel del país persa en la preservación de la concordia y la seguridad sostenibles en el Golfo Pérsico y el estrecho de Ormuz, y subrayó que solo los países de la zona pueden asegurar la estabilidad en estas importantes vías fluviales.
El desfile militar se llevará a cabo mientras Irán y EE.UU. viven una gran tensión en el Golfo Pérsico, donde Washington intenta formar una coalición marítima para proteger supuestamente a los buques y petroleros de la “amenaza iraní”.
De los 60 países invitados por Estados Unidos a esta alianza en el Golfo Pérsico, sólo Arabia Saudí, el Reino Unido, Israel, Baréin y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) se han sumado al plan, mientras que otros países como Alemania se han negado a darle su respaldo.
EE.UU. planteó la iniciativa luego de que responsabilizara a Teherán de una serie de ataques sospechosos a petroleros ocurridos en mayo y junio en el Golfo Pérsico y en el mar de Omán.
Irán a su vez rechaza estas acusaciones y advierte que la presencia militar extranjera en el Golfo Pérsico no genera más que inseguridad.
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