Durante los últimos años Ankara ha desarrollado un programa nuclear pacífico de gran escala, justificando su interés por la energía nuclear por el hecho de que la creciente economía de Turquía requiere más electricidad, según el periodista del diario alemán 'Die Welt', Von Hans Rühle, que anteriormente encabezó el departamento de planificación del Ministerio de Defensa de Alemania.
Entre 2011 y 2013 Ankara firmó dos contratos de construcción de reactores nucleares; uno con la compañía rusa Rosátom y otro con el consorcio formado por la japonesa Heavy Industries e Itochu y la francesa GDF Suez.
"Sin embargo, el interés principal no lo representan los contratos, sino lo que no está escrito en ellos", escribe Rühle, explicando que, normalmente, cuando las compañías construyen los reactores de agua ligera, se comprometen ante el Gobierno a que el proyecto operara durante 60 años, así como a proporcionar uranio y a transportar el combustible gastado. Tanto Rosátom, como el consorcio japonés-francés proponían a Turquía incluir estos términos en los contratos, pero Ankara se negó a incluir en los contratos clausulas sobre el suministro y transporte de combustible nuclear, insistiendo en que esto sería acordado después.
"Adivinar la intención oculta detrás de todo esto no es difícil. El Gobierno turco quiere dejar en sus manos estos elementos del programa nuclear, ya que son cruciales para un estado que desee adquirir armas nucleares", escribe Rühle.
La única explicación lógica de esto es que Turquía se está preparando para crear una bomba de plutonioOtro problema, según Rühle, son las barras de combustible, de las que Turquía, "probablemente no quiere desprenderse".
"La única explicación lógica de esto es que Turquía se está preparando para crear una bomba de plutonio", escribe el periodista, subrayando que eso se puede hacer solo con ayuda de una planta nuclear. Asimismo, aclara que en medio año se podría construir una instalación para extraer plutonio de las barras, mientras que el tamaño el edificio no sería mayor que el de un centro de negocios normal.
"Todos estos huecos en los contratos le abrirán a Ankara el camino a la creación de su propia bomba", dice el periodista.
Según un boletín especial de la BND presentado a un número limitado de personas en Alemania, Erdogan ordenó la creación de instalaciones para el enriquecimiento de uranio en 2010. En correspondencia con otros datos, Turquía ya cuenta con un número bastante grande de estas centrifugadoras que, supuestamente, recibió de Pakistán.
Como otra prueba indirecta el periodista menciona el programa de misiles de Turquía, que en 2012 ya probó uno con un alcance de 1.500 kilómetros, y que para 2015 planea desarrollarlos con un alcance de 2.500 kilómetros.
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