China denuncia el vuelo de un avión militar estadounidense sobre Taiwán, y lo califica de un “acto ilegal” y una “provocación seria”.
El martes, un avión de transporte militar estadounidense Boeing C-40A Clipper despegó de una base aérea de EE.UU. en Okinawa (sur de Japón) y voló sobre el norte y el oeste de Taiwán, cuya soberanía reclama China.
“Deploramos y nos oponemos firmemente al acto. Fue un acto ilegal y un incidente seriamente provocativo”, ha señalado este jueves Zhu Fenglian, portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán de China.
Al respecto, la vocera china ha señalado que el sobrevuelo socava la soberanía, la seguridad y los intereses de desarrollo de China. Además, añade, constituye una violación del derecho internacional y las normas básicas que rigen las relaciones internacionales.
Por su parte, el Ministerio de Defensa de Taiwán informó el mismo martes que el avión estadounidense ingresó al espacio aéreo de la isla después de solicitar permiso, pero no aterrizó en ninguno de sus aeropuertos.
Ante tal situación, Zhu ha denunciado el hecho de que el gobernante Partido Progresista Democrático de Taiwán “se uniera con fuerzas externas para violar la soberanía territorial de China, destruir la paz y la estabilidad del estrecho de Taiwán y dañar la seguridad y el bienestar de los isleños”.
Por ello, la funcionaria china ha advertido al Partido Progresista Democrático que no haga “juicios erróneos” de la situación y le ha exigido el fin inmediato de sus “acciones incorrectas”.
Pekín y Taipéi viven una escalada de tensiones, mayormente por las intenciones separatistas de las autoridades taiwanesas —especialmente de la presidenta Tsai Ing-wen que se opone en gran medida al principio de “una sola China”— y el apoyo militar y político que recibe la isla de parte de EEUU.
Ante tal situación, Zhu ha denunciado el hecho de que el gobernante Partido Progresista Democrático de Taiwán “se uniera con fuerzas externas para violar la soberanía territorial de China, destruir la paz y la estabilidad del estrecho de Taiwán y dañar la seguridad y el bienestar de los isleños”.
Por ello, la funcionaria china ha advertido al Partido Progresista Democrático que no haga “juicios erróneos” de la situación y le ha exigido el fin inmediato de sus “acciones incorrectas”.
Pekín y Taipéi viven una escalada de tensiones, mayormente por las intenciones separatistas de las autoridades taiwanesas —especialmente de la presidenta Tsai Ing-wen que se opone en gran medida al principio de “una sola China”— y el apoyo militar y político que recibe la isla de parte de EEUU.
Pekín funda su reclamo sobre la isla con base en la decisión de 170 países que votaron una resolución en 1971 que considera a China el único representante legítimo ante las Naciones Unidas y reconoce a la isla de Taiwán como parte inalienable de esa nación asiática.
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