En un esfuerzo por aislar a la economía rusa de las sanciones de Estados Unidos, el Kremlin ha hecho de la “desdolarización” una prioridad a largo plazo, pero se verá obligado a confiar en el dólar por algún tiempo, según los economistas.
Desde 2013, el Banco Central de Rusia (CBR) ha estado tratando de reducir la cantidad de transacciones realizadas en dólares estadounidenses, ya sea para pagos nacionales o comercio exterior.
Una razón clave para su énfasis en la desdolarización es que las sanciones estadounidenses son extraterritoriales: se dirigen a todas las empresas que utilizan el dólar estadounidense o que operan filiales en los Estados Unidos. Por lo tanto, abandonar la dependencia del dólar es visto como una forma para que Rusia eluda las sanciones, según Agathe Demarais, Director de Pronóstico Global de la Unidad de Inteligencia Economista (EIU).
“La desdolarización podría beneficiar al euro y al yuan sobre todo, y la CBR también está aumentando la participación de sus activos que se mantienen en estas dos monedas. Como era de esperar, Rusia ha cerrado acuerdos de intercambio de divisas con países que actualmente tienen malas relaciones con Estados Unidos, incluidos Irán, Turquía y China”, dijo Demarais a la cadena CNBC.
Algunas compañías rusas, han comenzado a alejarse del dólar. En 2015, Gazprom Neft anunció que resolvió todas sus exportaciones de petróleo a China en renminbi. Y en agosto de este año, Rosneft anunció que dejaría de usar el dólar estadounidense para sus contratos de exportación.
La Unión Europea se embarca en una misión para aumentar el papel internacional del euro y, como tal, se erige como un beneficiario clave de la desdolarización rusa.
Una Comisión de la Unión Europea también destaca el potencial para aumentar la participación de las transacciones denominadas en euros en productos energéticos, en particular el gas natural.
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