Así es, ya no es solo que algunos líderes europeos se estén dando cuenta de la incongruencia de imponer sanciones irracionales contra rusia, sino que ahora mismo la jefa del departamento del tesoro de EEUU, Janet Yellen, ha advertido a sus pares europeos que no impongan sanciones contraproducentes contra rusia, afirmando que un embargo total contra el petróleo, gas y carbón rusos, traerá tanto a EEUU, como a la misma unión europea, consecuencias muy desagradables.
Ya en días anteriores comentábamos las declaraciones que hiciera El vicecanciller y ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck, en el sentido de que los europeos debían bañarse menos, utilizar menos la calefacción, bajarle tres grados al aire acondicionado, ahorrar combustible, etcétera, esto con el supuesto objetivo de “castigar” a Vladimir Putin, dejándole de comprar su petróleo, gas y carbón; sin embargo, ahora se dan cuenta que en realidad los verdaderos castigados serán ellos mismos.
Pero lo increíble del asunto es que el mismo gobierno de Washington ahora recomiende a la unión europea que no corten totalmente con las importaciones de estos productos de rusia, pues ya vieron que tan solo proponerlo está causando grandes estragos en sus respectivas economías, porque ante el pánico que estas medidas puedan desencadenar, los precios internacionales de estos productos no dejan de aumentar. Ahora imagínense lo que pasaría si realmente detuvieran las importaciones de Rusia; pasaría exactamente lo que ha dicho el gobierno ruso: Que el precio del petróleo rebasaría fácilmente los 300 dólares por barril de crudo, lo que desencadenaría toda una catástrofe en los países dependientes de estas importaciones.
Recordemos que al principio EEUU exigía a la unión europea vetar por completo el gas, ´petróleo y carbón rusos; no obstante, viendo como la estanflación amenaza ahora mismo sus respectivas economías, ahora no sólo no lo recomiendan, sino que dicen todo lo contrario, es decir, seguir con su importación.
Estanflación es la combinación de una alta inflación (del 8% actualmente en EEUU) y una recesión económica (se prevé que EE.UU. entre en recesión para principios del próximo año, sino que antes).
De esta manera podemos afirmar hoy que los gobiernos occidentales se dan por vencidos y ahora mismo reculan de sus declaraciones previas, pues abiertamente están diciendo que se desdicen y que no detendrán las importaciones de hidrocarburos de Rusia.
Inclusive el gobierno de Moscú ya había amenazado no solo con no venderles estos productos, sino tampoco venderles su Titanio, lo que significaría toda una tragedia para la industria aeroespacial estadounidense y europea, pues estos países son básicamente dependientes del titanio ruso, tanto así que aun el avión espía supersónico estadounidense Lockheed SR-71, apodado Blackbird, estaba totalmente construido con titanio ruso, pues los estadounidenses no disponen de este material.
Así que, si se animan los europeos a vetar el petróleo, gas y carbón rusos, ya saben lo que les espera; no solo paralizarán toda su industria, sino que no tendrán titanio con que construir sus aviones y naves espaciales.
Aunque, viendo que realmente no los vetarán, no queda más que pagarlos en rublos rusos, lo que, sin duda, fortalecerá aún más tanto a la moneda rusa, como a la economía rusa, lo que significará el fin de las sanciones antirrusas o, más bien, la derrota definitiva de estadounidenses y europeos.
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