Finalmente, la unión europea se echa para atrás y reconoce que no puede vivir sin el gas y el petróleo ruso.
Así es, este día 23 de abril, las autoridades de la unión europea han reconocido que necesitan del gas y petróleo rusos y que, por lo tanto, autorizan a sus diferentes miembros a adquirirlo sin miedo a recibir represalias; asimismo, ratifican que la compra de los hidrocarburos rusos se hará tal como lo pide el Kremlin, es decir, sólo en rublos.
De esta manera Vladimir Putin, el presidente ruso, se anota un triunfo más en esta guerra económica contra occidente, pues recordemos que tras la operación militar especial rusa en ucrania los países occidentales, incluyendo a la unión europea, aplicaron una serie de sanciones económicas y financieras contra Moscú, entre las cuales se contaba el supuesto veto a las importaciones de gas, petróleo y carbón rusos.
Y es que no es casualidad que ahora mismo la comisión europea autorice a los diferentes países miembros de la Unión a adquirir los productos rusos, pues previamente el gobierno estadounidense les concedió el permiso para hacerlo, porque recordemos que los europeos no hacen nada si su papá EEUU no se los autoriza previamente.
Recordemos que fue precisamente a pedido del gobierno de los EEUU que la unión europea se propuso “castigar” a Vladimir Putin dejándole de comprar a rusia sus hidrocarburos, solo que los castigados fueron realmente ellos y no Vladimir Putin. Joe Biden, el presidente estadounidense, fue personalmente a Bruselas a reunirse con sus lacayos europeos para ordenarles que debían dejar de comprar a rusia su gas, petróleo y carbón; esta reunión se realizó el día 23 de marzo del presente año, es decir, hace exactamente un mes.
Para lograr tal propósito, los líderes europeos no dudaron en pedir a los ciudadanos europeos que dejasen de bañarse, de encender la calefacción, o el aire acondicionado; de tal manera que les pedían que le bajasen cuando menos 5 grados a sus respectivos sistemas de aire acondicionado; asimismo, les pedían que usasen menos el automóvil, que comiesen menos carne y que viajasen menos. En fin, toda una locura lo que pedían estos esquizofrénicos líderes europeos a sus conciudadanos, solo para complacer a Washington y tratar de castigar al supuesto malvado Vladimir Putin.
Pero hoy, a un mes de dicha reunión, reculan en sus declaraciones y ahora dicen que siempre sí comprarán a Vladimir Putin su petróleo, gas y carbón, y no solo eso, sino que, además, se lo pagarán con la moneda rusa, es decir, en rublos.
Ante esta situación no queda más que felicitar al presidente ruso por esta gran victoria contra los países occidentales, con EEUU a la cabeza, pues no solo logró seguir vendiendo sus productos a Europa, sino que, además, los pagarán sólo en rublos, tal como él exigió desde el principio.
Es decir, esta exigencia rusa de solicitar el pago de sus productos sólo en rublos, fue una contra sanción contra occidente, contra sanción que hoy, finalmente, la unión europea y EEUU aceptan con la cabeza baja y la cola entre las patas.
No olvidemos que tan solo el día de ayer la secretaria del tesoro estadounidense, Janet Yellen, reconocía que Europa no podía renunciar a los hidrocarburos rusos y que, por lo tanto, autorizaban a los países miembros de la Unión europea a adquirirlos a su entera discreción.
De esta manera se comprueba que realmente EEUU nunca tuvo la capacidad de sustituir el gas ruso con su propio gas, pues en el mejor de los casos solo podían cubrir una quinta parte del gas que la unión europea recibe de rusia. Pero, sin embargo, si lo estuvieron cacareando a los cuatro vientos, tratando de asustar al oso ruso, pero resultó que los asustados fueron ellos, y no solo asustados, sino que realmente fueron presa del mismo pánico, pues se dieron cuenta que si continuaban insistiendo en dejar de comprar los productos que Rusia les vende, no solo NO le hacían nada a rusia, sino que los principales afectados serían precisamente ellos, de tal manera que ponían en riesgo la misma viabilidad de sus propias economías; asimismo, se dieron cuenta que serían presas de la misma inflación, de una inflación descontrolada, así como de una estancación de sus respectivas economías. Eso, por supuesto, los asustó mucho.
De esta manera a los europeos no les quedó más remedio que tragarse sus propias palabras e ir a suplicar a Vladimir Putin que los perdone y les siga vendiendo su gas, petróleo y carbón. Porque está claro que, aunque ellos lo quieran, y tengan el dinero, si Rusia no quiere, simplemente no les vende nada y condena a sus economías a la ruina total; tal como en su momento lo quisieron hacer con la economía rusa, a tal grado que el mismo Joe Biden se burló de Rusia diciendo que habían arruinado su economía y que habían dejado al rublo en escombros.
Sin embargo, ¿Quién está ahora en ruina y en escombros?. Es claro que rusia no lo está, no obstante, EEUU si lo está, y la unión europea va para allá que vuela, pues recordemos que la inflación en EEUU es de un histórico 8%, cifra que no se veía desde el año 1981, es decir, esta inflación en EEUU no se veía desde hacía 41 años, toda una vida.
Pero sin en cambio, la moneda rusa, el rublo, no solo resistió todos los embates occidentales, sino que hoy está más fuerte que nunca, pues inclusive su cotización es más alta que la que tenía hasta antes de iniciarse la presente guerra económica contra rusia.
De esta forma, no solo el presidente ruso venció a los occidentales, sino que aún se da el lujo de mofarse de ellos, diciendo que tuvieron que regresar con la cola entre las patas suplicando que Rusia les siga vendiendo sus mercancías, mercancías como son los hidrocarburos, el titanio, los alimentos, los minerales de tierras raras, los fertilizantes, y un largo etcétera más.
Ahora Vladimir Putin puede decir lo que dijera en su momento la exsecretaria de estado de EEUU, Hillary Clinton, cuando fue a Libia después de la invasión de la OTAN: Veni, Vidi, Vici; lo que en latín quiere decir, "Vine, vi y vencí"; solo que en el caso de Vladimir Putin sería totalmente cierta la frase, mientras que en el caso de Hillary Clinton no fue más que propaganda barata y ganas de mofarse de los libios y de su expresidente, Muamar Gadafi.
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