"El pago en la forma adecuada será la base para continuar con los suministros", dijo Peskov a los periodistas al responder la pregunta sobre si era posible restablecer el suministro de gas a los países que se niegan a pagar en rublos si cambiaban de opinión.
Peskov negó las acusaciones de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de que pagar por el gas ruso en rublos sea un chantaje de Moscú.
"No es un chantaje, Rusia siempre ha sido y será un proveedor confiable de recursos energéticos para sus consumidores y Moscú seguirá comprometida con sus obligaciones contractuales", dijo Peskov.
El vocero recordó que los términos del nuevo método de pago están fijados en un decreto del presidente de Rusia, Vladímir Putin, y el cambio se debió a las "hostiles medidas sin precedentes" tomadas por varios países contra Moscú.
"Esta medida fue dictada por el hecho de que nos bloquearon (...), nos robaron una cantidad bastante significativa de nuestras reservas y todo eso llevó a cambiar a un nuevo sistema de pago. Por eso, aquí no hay chantaje", resaltó Peskov.
El representante del Kremlin recordó que "todas las nuevas modalidades fueron puestas en conocimiento de los compradores", por eso está "totalmente en desacuerdo con esta definición".
Suspensión de las exportaciones de gas
Además, el portavoz declaró que las exportaciones del gas ruso a los países que se nieguen a pagar en rublos podrían ser suspendidas.
"Si algunos consumidores se niegan a pagar mediante el nuevo sistema, el decreto presidencial se cumplirá", dijo Peskov ante la prensa.
El 1 de abril entró en vigor el decreto de Putin para el uso del rublo en el comercio del gas con los países hostiles incluidos en un listado de más de 45 Estados, entre ellos la totalidad de la Unión Europea, que impusieron sanciones a Rusia por su operación militar en Ucrania.
Este 27 de abril, la compañía gasística rusa Gazprom suspendió las entregas de gas a la empresa polaca PGNiG después de que el 22 de abril venciera el plazo para pagar por el combustible en rublos. La distribuidora búlgara Bulgargaz también dejó de recibir el hidrocarburo.
Desde Gazprom aclararon que las entregas del combustible se reanudarán cuando las empresas mencionadas paguen lo que corresponda.
En la misma línea, Peskov enfatizó que las entregas del gas se restablecerán en cuanto los importadores cumplan con los pagos en la forma debida.
El vocero advirtió que algunos países europeos se niegan a pagar en rublos por el gas, queriendo "castigar" a Rusia pese a los daños que causa este empeño a sus propios contribuyentes.
Por otro lado, indicó, que Rusia tomó medidas apropiadas para mitigar los posibles riesgos de una disminución de sus ingresos por las exportaciones del combustible.
El "campo de batalla" de Borrell
El diálogo sobre la nueva arquitectura de seguridad en Europa se dificulta mucho teniendo por fondo la declaración del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, de que "la guerra debe ganarse en el campo de batalla", declaró Peskov.
Borrell dijo anteriormente que la Unión Europa y Rusia debían reorganizar sus relaciones, acordando las garantías de seguridad y los mecanismos que permitiesen establecer la coexistencia pacífica.
"Ahora tenemos declaraciones del jefe de la diplomacia de la UE de que todo debe decidirse en el campo de batalla. En tal contexto es muy complicado hablar de la nueva arquitectura de seguridad en Europa. Previamente quisiéramos oír unas retóricas constructivas que inviten a todo el mundo a usar métodos político-diplomáticos de edificación de nuestro futuro común", añadió Peskov al responder a la pregunta de los periodistas de si Moscú está preparado para ocuparse de la reorganización de las relaciones con Europa en materia de seguridad.
Borrell, al comentar el 9 de abril los acontecimientos en Ucrania, escribió en Twitter: "Esta guerra debe ganarse en el campo de batalla" (This war will be won on the battlefield). Además recordó que se asignaron 500 millones de euros para suministrar armas a Kiev conforme a su solicitud.
Asimismo, Peskov añadió que Moscú y Kiev no mantienen conversaciones sobre la posibilidad de intercambiar al político opositor ucraniano, Víktor Medvedchuk, por prisioneros de guerra.
"No, sobre esto no se está hablando", respondió Peskov a la pregunta correspondiente.
Medvedchuk dirigía el partido Plataforma Opositora por la Vida, ahora suspendido en el Parlamento, pero para las autoridades de Kiev es un agente de influencia del Kremlin.
Evacuación de Azovstal
Peskov detalló también que Putin y el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, no debatieron la víspera ningún acuerdo concreto sobre la participación de la ONU y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en la evacuación de los civiles de la planta siderúrgica Azovstal en la ciudad ucraniana de Mariúpol.
"Este tema fue mencionado por el señor Guterres, será examinado, de momento no hay acuerdos concretos al respecto", dijo Peskov ante la prensa.
El vocero recordó que Putin había propuesto a la ONU y la CICR visitar a los prisioneros de guerra ucranianos para examinar las condiciones de su detención. Precisó que los contactos al respecto continuarán.
La planta Azovstal es el último lugar de concentración de las fuerzas ucranianas en Mariúpol.
Rusia anunció el pasado 24 de febrero el lanzamiento de una "operación militar especial" en Ucrania alegando que las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, necesitan ayuda frente al "genocidio" por parte de Kiev.
Uno de los objetivos fundamentales de esa operación, según Putin, es "la desmilitarización y la desnazificación" de Ucrania.
Según el Ministerio de Defensa ruso, los ataques militares no están dirigidos contra instalaciones civiles, sino que buscan inutilizar la infraestructura bélica.
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