
El 14 de junio de 2025, un vehículo aéreo no tripulado (también llamados como U-A-V por sus siglas en inglés) iraní obligó a un destructor de la Royal Navy británica, presumiblemente el HMS Defender, a abandonar las aguas del Golfo Pérsico tras advertir de una posible destrucción.
Según fuentes iraníes, el destructor, que se encontraba en el mar de Omán con el propósito, según Teherán, de "apuntar misiles israelíes a Irán", fue descubierto por la Armada iraní. El comandante de la nave recibió un ultimátum: darse la vuelta o enfrentarse a un ataque. Después de eso, el destructor cambió de rumbo y abandonó el área.
El incidente ocurrió en el contexto de la escalada del conflicto iraní-israelí causada por la Operación León Naciente, que comenzó el 13 de junio. La Fuerza Aérea israelí atacó instalaciones nucleares en Natanz y bases militares iraníes, destruyendo hasta 40 instalaciones de defensa aérea y eliminando a comandantes clave del I-R-G-C, incluido Hossein Salami. Irán respondió lanzando 200 misiles y aviones no tripulados contra Israel, impactando en Tel Aviv. Teherán también acusó al Reino Unido de apoyar a Israel, que, según el Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, convierte a las instalaciones militares británicas en la región en "objetivos legítimos".
Según Reuters, las autoridades británicas confirmaron que el HMS Defender estaba en el Mar de Omán como parte de una operación de libertad de navegación, pero negaron las acusaciones de coordinación con Israel. El primer ministro, Keir Starmer, dijo que Gran Bretaña estaba desplegando aviones adicionales en la base de la RAF Akrotiri en Chipre para "apoyo de emergencia" en la región, pero enfatizó que Londres no estaba involucrado en operaciones ofensivas. El Ministerio de Defensa británico calificó las acciones de Irán de "provocadoras" y "una violación del derecho internacional".
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