Rusia se ve obligada a adoptar ‘medidas de represalia defensiva’ ante el aumento de actividad de la OTAN, liderada por EE.UU. en las fronteras occidentales.
"En las fronteras occidentales (…), EE.UU. y otros miembros de la OTAN están incrementando activamente su potencial del ataque con la apertura de nuevas bases y el desarrollo de la infraestructura de guerra”, afirmó el miércoles el ministro de Defensa ruso, Serguei Shoigu, durante una conferencia interministerial de Defensa entre Rusia y Bielorrusia en Minsk, citado por la agencia rusa de noticia Ria Novosti.
El ministro ruso indicó que estas acciones socavan “la estabilidad estratégica” regional y obligan a Rusia a “tomar medidas de represalia defensiva”, en concreto, en la dirección estratégica occidental.
De acuerdo con Shoigu, Washington y sus aliados no abandonan los intentos para imponer su voluntad a otros países a través de la “presión económica, política y militar”.
El titular de Defensa señaló que Moscú ahora ha puesto su atención a las divisiones occidentales del Ejército, y destacó la importancia de inyectar armas modernas y equipo militar a estas unidades, además de ejecutar operaciones conjuntas de entrenamiento militar con Minsk.
"Este enfoque es más razonable precisamente en estos momentos, cuando los mecanismos internacionales diseñados para resolver los conflictos se estancan, mientras que las tensiones se están acercando cada vez más a nuestras fronteras", señaló el ministro.
Estos días, la región de los Balcanes se ha convertido en un escenario para medir fuerzas entre Moscú y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). En medio de crecientes tensiones entre Moscú y el Occidente, la Alianza Atlántica se encuentra desde el lunes ejecutando maniobras militares de emergencia en Montenegro, que durará unos cinco días e involucran la participación de unos 680 militares.
Por su parte, Rusia iniciará paralelamente este jueves unos ejercicios conjuntos en Serbia, que involucrará a miembros de las fuerzas aéreas y tropas rusas, serbias y bielorrusas.
La OTAN que, tras la crisis en Ucrania en 2014, experimenta tensiones con Rusia a niveles no vistos desde la Guerra Fría, ha multiplicado sus maniobras militares y patrullas marítimas, terrestres y aéreas en el este de Europa, además de aumentar su presencia militar en los países bálticos.
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