Un grupo de ingenieros y aficionados al espacio rusos se han propuesto desarrollar y lanzar un satélite para comprobar la teoría de la 'conspiración lunar': la nave tomará imágenes de las huellas que dejaron el Apolo estadounidense y el Lunojod soviético.
El aficionado al cosmos e impulsor del proyecto, Vitali Egórov, habló con Sputnik sobre los detalles de esta ambiciosa iniciativa.
"He estado escribiendo sobre el espacio desde hace más de 4 años en blogs y redes sociales. Durante este tiempo he conseguido más de 1,5 millones de seguidores, que están interesados en estudiar el espacio. Al ver el apoyo de los lectores y con la intención de ampliar mis propias actividades, decidí pasar de las palabras a los hechos", declaró Vitali.
El bloguero decidió elegir el objetivo más popular y polémico para el lanzamiento del satélite lunar. El proyecto busca poner fin a las teorías de la conspiración que afirman que algunos o todos los alunizajes podrían haber sido falsos.
La misión tiene como objetivo enviar un microsatélite a la órbita lunar, donde el aparato será capaz de tomar fotos de las huellas y los vehículos lunares abandonados en la superficie de la Luna.
La cuestión de la llegada de los seres humanos a la Luna todavía es discutida en los medios y en internet, a pesar de que estos acontecimientos tuvieron lugar hace tiempo. Creo que cualquier persona, de alguna manera, se ha encontrado con este tipo de discusiones y tiene sus preguntas al respecto y podría estar interesada en mi proyecto. Por supuesto, no tengo dudas de que la humanidad llegó a la Luna. Pero el propósito de lanzar el satélite lunar es obtener datos objetivos independientes, que no dependan de las creencias o convicciones personales", explicó Vitali.
"No creo que sea capaz de convencer a alguien que tenga una opinión diferente con los datos que recoja nuestro satélite, si logramos ejecutar el proyecto. Pero, por lo menos, voy a contribuir a la historia y el desarrollo de los estudios sobre la Luna. De todos modos, las 'huellas' dejadas en la Luna permanecerán allí durante siglos, por lo tanto, cualquier satélite o vehículo que se acerque a una distancia suficiente podrá verlas. Solo deseo que nuestro satélite sea el primero", prosiguió.
Según Vitali, en este ambicioso plan participan tanto voluntarios como varios jóvenes ingenieros aeroespaciales rusos con experiencia.
"No creo que sea capaz de convencer a alguien que tenga una opinión diferente con los datos que recoja nuestro satélite, si logramos ejecutar el proyecto. Pero, por lo menos, voy a contribuir a la historia y el desarrollo de los estudios sobre la Luna. De todos modos, las 'huellas' dejadas en la Luna permanecerán allí durante siglos, por lo tanto, cualquier satélite o vehículo que se acerque a una distancia suficiente podrá verlas. Solo deseo que nuestro satélite sea el primero", prosiguió.
Según Vitali, en este ambicioso plan participan tanto voluntarios como varios jóvenes ingenieros aeroespaciales rusos con experiencia.
El líder del proyecto admite que el equipo no cumple con los plazos programados. Sin embargo, estos entusiastas del espacio esperan poner en marcha el satélite en 2020, si el proyecto cuenta con un equipo de profesionales sólido y se cubre la parte financiera de la idea, que se estima en unos 20 o 30 millones de dólares.
El equipo también tiene que conseguir el apoyo de una agencia espacial para asegurar la entrega de su satélite a la órbita lunar.
"EEUU, Europa, China, la India y Japón tienen la intención de seguir estudiando el satélite natural de la Tierra. Nosotros esperamos encontrar un cohete que lleve nuestra nave allí. Pero sobre todo esperamos poder contar con Roscosmos, de Rusia", afirmó el bloguero.
La otra manera de entregar el satélite a la órbita lunar es más compleja, puesto que implica lanzar el satélite a la órbita geoestacionaria.
"Esta órbita está en el plano ecuatorial terrestre y allí es donde se encuentran numerosos satélites de telecomunicaciones. Los lanzamientos allí se efectúan casi todos los meses, pero esta órbita permite cubrir solo el 10% de la distancia a la Luna. Por lo tanto, nuestro satélite requerirá de una gran cantidad de combustible y dejará de ser microsatélite", explicó.
"Entendemos que tenemos que hacer un esfuerzo ahora para tenerlo todo listo para el año 2020. Ahora cada paso es más difícil que el anterior. Pero cuanto más lejos llegamos, más confianza tenemos en que el objetivo será alcanzable", concluyó Vitali Egórov
El equipo también tiene que conseguir el apoyo de una agencia espacial para asegurar la entrega de su satélite a la órbita lunar.
"EEUU, Europa, China, la India y Japón tienen la intención de seguir estudiando el satélite natural de la Tierra. Nosotros esperamos encontrar un cohete que lleve nuestra nave allí. Pero sobre todo esperamos poder contar con Roscosmos, de Rusia", afirmó el bloguero.
La otra manera de entregar el satélite a la órbita lunar es más compleja, puesto que implica lanzar el satélite a la órbita geoestacionaria.
"Esta órbita está en el plano ecuatorial terrestre y allí es donde se encuentran numerosos satélites de telecomunicaciones. Los lanzamientos allí se efectúan casi todos los meses, pero esta órbita permite cubrir solo el 10% de la distancia a la Luna. Por lo tanto, nuestro satélite requerirá de una gran cantidad de combustible y dejará de ser microsatélite", explicó.
"Entendemos que tenemos que hacer un esfuerzo ahora para tenerlo todo listo para el año 2020. Ahora cada paso es más difícil que el anterior. Pero cuanto más lejos llegamos, más confianza tenemos en que el objetivo será alcanzable", concluyó Vitali Egórov
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