El Gobierno de México calló tras los disparos de balas de goma y gases lacrimógenos por parte de agentes de EE.UU. contra migrantes centroamericanos en suelo mexicano.
Una situación que desató una ola de críticas ante el silencio del gobierno del presidente saliente Enrique Peña Nieto, y encendió una polémica sobre la violación de la soberanía mexicana.
Los hechos
El pasado domingo 25 de noviembre, la Patrulla Fronteriza de EE.UU. repelió a los migrantes con gases lacrimógenos y "bombas de aturdimiento" mientras todavía permanecían del lado mexicano.
La actuación de los agentes estadounidenses ocurrió cuando alrededor de 500 personas integrantes de la caravana migrante intentaron cruzar la frontera desde México hacia EE.UU., que estaba custodiada por agentes de la Patrulla Fronteriza.
Así lo evidencian una serie de videos y reportes de periodistas que cubrieron el incidente en la zona fronteriza de Tijuana, México.
Sin embargo, Gerardo García, comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM) de México negó que los migrantes estuvieran en territorio mexicano al momento del choque, según declaró a medios mexicanos.
Pasividad y críticas
La actuación de la Patrulla Fronteriza no generó reacciones por parte del Gobierno de México. Hasta el momento la Secretaría de Relaciones Exteriores no ha emitido ningún pronunciamiento al respecto.
El silencio oficial del Ejecutivo mexicano provocó críticas en redes, que consideraron pasiva la actitud de los gobernantes ante un hecho que, según algunas opiniones, hubiese detonado una crisis diplomática en otros países.
Disparar a territorio mexicano, así sean armas de disuasión como granadas de gas, es un ataque a México, a su soberanía. Por menos que esto hay crisis diplomáticas graves en otros países.
Las críticas también se extendieron al mutis que hasta el momento ha guardado el equipo de transición del presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, quien asumirá el poder a partir del próximo 1 de diciembre.
Actualmente, la llamada caravana migrante está conformada por 8.247 personas. De estas, 7.417 se encuentran en el estado de Baja California, ubicadas en los municipios de Mexicali y Tijuana, informó la Secretaría de Gobernación mexicana en un comunicado.
De los casi 500 migrantes que intentaron entrar a EE.UU., 98 ya fueron procesados para ser deportados a sus países, informó el titular del INM.
¿Cierre de frontera?
Este lunes por la mañana, el presidente de EE.UU., Donald Trump, hizo un llamado al gobierno mexicano para deportar a los migrantes centroamericanos "por cualquier medio necesario", al tiempo que amenazó con cerrar la frontera entre México y EE.UU. de manera "permanentemente".
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