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miércoles, 28 de noviembre de 2018

Demostración de fuerza": ¿Cómo afectará a la región la construcción japonesa de un portaviones?

Los planes de Tokio se vinculan a la creciente actividad de China en el sudeste asiático.



Japón está planeando reforzar sus Fuerzas Marítima de Autodefensa y hacerse con su primer portaaviones desde la Segunda Guerra Mundial, informan medios nipones.

Los planes han sido confirmados por el ministro de Defensa, Takeshi Iwaya, quien admitió que la construcción podría empezar en el marco del presupuesto militar 2019, pendiente de ser aprobado el próximo mes.

Se espera que el buque entre en servicio ya en 2020. Concretamente, las autoridades del país asiático quieren emprender una modificación del destructor portahelicóptero clase Izumo, incorporado en 2015. Actualmente la armada japonesa cuenta con dos buques de esta clase, de 26 toneladas de desplazamiento y capaz de portar hasta 14 helicópteros de combate y 470 efectivos.



Según los primeros cálculos, una vez se culmine la reconstrucción el Izumo se convertirá en una pista de despegue para una decena de cazas estadounidenses de quinta generación F-35B, de aterrizaje vertical y despegue corto.

Los expertos creen que la construcción del portaaviones responde a las ambiciones gubernamentales de convertir su país, cuyas facultades militares se mantienen limitadas por las obligaciones asumidas tras su derrota en la Segunda Guerra Mundial, en una potencia naval plena.
Recursos militares

El año pasado las Fuerzas Marítimas de Autodefensa contaban con 43 buques de guerra, 27 dragaminas y 10 submarinos. Japón importa parte de su armamento desde Estados Unidos, pero en muchos ámbitos militares Tokio ha conseguido resultados impresionantes apoyándose en sus propios recursos.

En los últimos años el gasto militar de Japón han venido creciendo de manera estable, desde los 41.700 millones de dólares de 2016 a los 44.640 millones de 2017 y los 45.700 millones de dólares de este año. El Ministerio de Defensa ha solicitado al Gabinete 47.700 millones para el próximo año.

Zonas en disputa

Muchos atribuyen el incremento del potencial militar de este país con el aumento de la influencia china en el sudeste de Asia. Pekín y Tokio llevan años en litigio a costa de territorios marítimos. Primeramente, a propósito del archipiélago de las Senkaku (Diaoyu, en chino), en el mar de China Oriental, actualmente controlado por Japón.

Al mismo tiempo las islas Spratly y las Paracelso, en el mar de la China Meridional son objeto de actividad militar china y son reclamados también por varios Estados de la región, incluido Japón.

EEUU, que busca trabar el aumento de la presencia china en esta zona de navegación comercial importante, insta a Tokio a intensificar su actividad militar en la región, recuerda Mijaíl Alexándrov, experto del Centro de Investigación Militar y Política del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú (Rusia).

"En este caso los japoneses necesitaría mucho su propio portaaviones", explicó para RT. "En general, lo que está haciendo Tokio es hacer una demostración de fuerza hacia China", precisó.

Por su parte, el director del Centro de Estudios de Japón del Instituto de Lejano Oriente de la Academia de Ciencias de Rusia, Valeri Kistánov, está de acuerdo en que el objetivo principal para la flota del portaviones japonés será China, que también está impulsando la construcción de otro.

"Se está desarrollando una verdadera carrera armamentista naval entre China y Japón", afirmó. Kistánov se manifestó seguro de que en una guerra a gran escala Japón no podrá hacer frente a China, como mínimo porque Pekín cuenta con armas nucleares. "Por lo tanto, Japón no abandonará su alianza con Washington", subrayó.

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