Se cumplen 70 años del nacimiento de la OTAN, una alianza que nació para combatir a la Unión Soviética pero que, contra toda lógica, sigue viva casi tres décadas después de su disolución.
La OTAN sigue considerando a Rusia como su principal amenaza exterior, tal como hace 70 años a la Unión Soviética, pero los principales enemigos que acechan a la Alianza Atlántica están en su interior. Los imperios siempre desbaratan desde el centro.
Lo viejo ha muerto y lo nuevo no termina de nacer
Hace 30 años caía el Muro de Berlín y EEUU reclamaba para sí la victoria. Según la unilateral visión de sus historiadores y analistas, el Imperio y sus aliados habían ganado y un mundo de paz y prosperidad se abría por delante.
Pasadas tres décadas, los supuestos triunfadores ya no creen en su éxito. Por el contrario, piensan que el orden mundial que ellos mismos crearon no existe más.
Así lo expuso el documento de la tradicional Conferencia de Seguridad de Múnichrealizada en febrero, que resume las alarmantes preocupaciones de los principales líderes occidentales.
Para el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Heiko Maas, "el orden mundial que conocimos, al que nos habíamos acostumbrado y en el cual nos sentíamos cómodos, ese orden mundial no existe más".
Para el presidente francés, Emmanuel Macron, "este no es un interludio en la historia antes de que las cosas vuelvan a la normalidad… estamos viviendo una crisis de la efectividad y los principios de nuestro orden contemporáneo, que no volverá a su curso o a cómo funcionaba antes".
La conclusión del informe es que el sistema internacional ha entrado en una era de competencia entre las potencias, para la cual el mundo occidental no está preparado, reemplazando el terrorismo como la principal preocupación de seguridad que definió la estrategia de EEUU durante casi dos décadas.
El síntoma más alarmante de que el viejo orden se deshace por sus costuras es el final de los acuerdos que frenaron la carrera armamentista. Después de casi tres décadas de permanente reducción de armamento entre las dos principales potencias nucleares, EEUU suspendió su compromiso con el Tratado INF de reducción de armas nucleares intermedias, y es improbable que el tratado START de limitación de armamento nuclear estratégico se extienda más allá de 2021.
La conclusión del informe es que "el mundo posguerra fría… ha llegado a su fin. Muchas de las certezas que la mayoría creía garantizadas en el mundo occidental han sido cuestionadas o minadas, pero no está claro qué orden emergerá, si los principios del viejo orden se preservarán, si veremos un mundo con órdenes que compiten entre sí, o si la transición será pacífica.
Lo que parece claro es que el interregno será una fase de prolongada inestabilidad e incertidumbre".
El reporte termina citando al revolucionario italiano Antonio Gramsci: "La crisis consiste en el hecho de que lo viejo está muriendo y lo nuevo no puede nacer".
El principal enemigo de la OTAN está adentro
"Lo viejo está muriendo", porque el liderazgo de EEUU ya no está garantizado. Aunque el país del norte continúe superando a todo el mundo en presupuesto de defensa y en capacidad militar, los aliados europeos están cada vez más preocupados por la posibilidad de que Washington se desentienda de sus compromisos con la OTAN.
En el informe 'NATO en sus 70', preparado especialmente para este aniversario por el Belfer Center de la Universidad de Harvard, se advierte:
"El principal desafío de la OTAN es la ausencia de un liderazgo presidencial de EEUU fuerte y principista por primera vez en su historia. El presidente Donald Trump es visto en las capitales de la OTAN como el problema más urgente y más difícil de la Alianza".
Por esa razón, los líderes de la OTAN decidieron no festejar con una cumbre presidencial este aniversario, como lo hicieron en el pasado, sino con una disminuida reunión de ministros en Washington este 3 y 4 de abril.
"Temían que el presidente hiciera estallar la reunión con controversias, como lo ha hecho cada vez que se reunió con los líderes de la OTAN en los últimos dos años", dice el informe.
Lo que más preocupa a los aliados es el cuestionamiento de Trump al Artículo 5, base de la OTAN, que consagra la defensa mutua. "Su preocupante visión anti-OTAN y anti-Europa ha hecho que los gobiernos europeos cuestionen la credibilidad de EEUU como líder, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial".
A esto hay que sumar la debilidad europea, que no le permite compensar el vacío dejado por EEUU. Si bien en la Cumbre de Gales en 2014 los países acordaron gastar un 2% de su producto bruto en defensa, solo cinco países llegan a esa cifra y Alemania está bien por detrás. Sin hablar de los graves problemas de desintegración, como lo ha demostrado la crisis del Brexit.
Por eso, en el informe para la Cumbre de Munich, se dice que "los europeos siguen hablando de "autonomía estratégica", pero "siguen estando más cerca de lo que se podría llamar "dependencia no estratégica".
Sin embargo, hay algo que se mantiene inmutable en la vieja alianza de 70 años: hoy como ayer, la OTAN sigue considerando su primer riesgo externo "contener la Rusia de Putin", y reclama "medidas mucho más fuertes contra Moscú", de acuerdo con el informe reseñado.
A pesar de que han transcurrido siete décadas, a pesar de que desapareció la Unión Soviética, a pesar de que terminó la Guerra Fría, a pesar de que cayó el Muro de Berlín, a pesar de que el mundo cambió por completo, a pesar del salto de China a la palestra mundial, a pesar de que el mayor enemigo de la OTAN, como sus analistas lo advierten, es la debilidad del liderazgo estadounidense, a pesar de la debilidad de Europa y del Brexit, esta alianza septuagenaria se quedó clavada en el pasado con una sola idea fija, que es Rusia.
"No hay amenaza externa más importante para la OTAN", concluye el informe.
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