El país entero desconectado de internet, al menos un centenar de muertos y miles de heridos: este es el balance de las protestas que sacuden Irán desde hace una semana. El presidente, Hasán Rohaní, anunció que el Gobierno logró vencer los disturbios y acusó a EEUU de haberlos orquestado. Sin embargo, la situación en el país persa es volátil.
La razón por la que ciertos grupos tomaron las calles de Irán radica en la inestable situación económica y las decisiones extraordinarias del Gobierno de Hasán Rohaní que introdujo cuotas sobre la adquisición de gasolina: 60 litros al mes.
Como si esto fuera poco, la Administración subió los precios del combustible de 10.000 riales iraníes —0,13 dólares— a 15.000 —cerca de 0,2 dólares—. Si un ciudadano excede la cuota mensual, un litro de gasolina le costará 30.000 riales —alrededor de 0,4 dólares—.
Esta situación enfureció a buena parte de la población del país persa, especialmente porque Teherán posee unas de las mayores reservas de crudo en el mundo. Sin embargo, también se registraron manifestaciones en apoyo al Gobierno de los ayatolás.
El propio Gobierno iraní explicó que la subida de precios busca recaudar dinero para subsidiar a 18 millones de familias iraníes. El presidente Rohaní declaró que el incremento será "beneficioso para los iraníes que sufren de problemas económicos". Al mismo tiempo, el Gobierno ya ha prometido ayudar a los sectores de la población que más sufrieron del alza de los precios de la gasolina.
Pese a las explicaciones del Gobierno, las manifestaciones se propagaron por el país. Para el 17 de noviembre, las protestas se habían extendido a 100 localidades en diferentes partes de la nación. Rápidamente, las actividades de los manifestantes se convirtieron en verdaderos disturbios: empezaron a prender fuego decenas de tiendas y bancos.
Para limitar la propagación de los disturbios y dificultar su coordinación, las autoridades persas tomaron la decisión de cortar el acceso a internet. La mayor parte de la población no tiene acceso a la red desde el 16 de noviembre. Actualmente, la conexión ha sido parcialmente reestablecida y se encuentra operativa en un 10%.
Rol de Estados Unidos
Los problemas económicos de Irán, una de las causas principales de la agitación en la sociedad iraní, se ven agravados por las sanciones que Estados Unidos impuso contra Teherán en noviembre de 2018. Las medidas económicas dañan sobre todo al sector hidrocarburo de la economía iraní. Washington prohibió la venta del crudo iraní y sus derivados.
Además, la parte estadounidense proscribió la venta de aeronaves a Irán, la realización de transacciones con instituciones financieras persas, incluido el Banco Central del país, así como el uso de los puertos y las embarcaciones iraníes con fines comerciales.
Todo esto significa que Washington ejerce presión sobre Irán para conseguir sus propios objetivos. Y de hecho, ya lo ha conseguido porque las protestas actuales son las más sangrientas de los últimos años. En una entrevista con Sputnik, el experto ruso en Oriente Medio Borís Dolgov analizó los planes de EEUU.
"No es ningún secreto que Estados Unidos desde hace años realiza una política de presión política, militar y económica contra Irán. Es obvio que procura desestabilizar la situación en el país. La parte estadounidense ni siquiera trata de ocultar sus intenciones", declaró.
Después del inicio de las protestas en Irán, la Casa Blanca se solidarizó con los manifestantes iraníes. El entrevistado agregó que EEUU trata de dividir artificialmente la población del país persa de su Gobierno y que incita a que el pueblo iraní luche contra el régimen.
La parte estadounidense apoya a los grupos dentro de Irán cuya meta es socavar la estabilidad del país, así lo informan las propias autoridades iraníes.
¿Logrará el ayatolá mantener el poder?
Las protestas que tuvieron lugar en los años anteriores pueden ser comparadas con los disturbios actuales porque tienen una base económica. En muchos aspectos son semejantes, pero los de ahora se destacan por el exorbitante número de víctimas.
Cada vez que surge una situación en la que una parte de la población expresa su descontento con algunas de las políticas del Estado, siempre aparecen fuerzas que quieren aprovechar la situación para desestabilizar el país.
"Sin embargo, pese a todas las adversidades, todo indica que el Gobierno logrará mantenerse en el poder dado que una parte significativa de la población apoya al sistema político establecido por los ayatolás. Por otra parte, las autoridades iraníes llevan a cabo una política sabia encaminada a contrarrestar los efectos dañinos de las sanciones norteamericanas", indicó el entrevistado.
En esencia, la reciente subida de los precios de la gasolina tenía como meta redirigir el dinero hacia los sectores más pobres de la población. En otras palabras, tratan de minimizar las consecuencias negativas de las medidas económicas antiiraníes. Al mismo tiempo, Teherán busca la manera de no provocar nuevas protestas ciudadanas, agregó Dolgov.
Otro factor importante de la sostenibilidad del Gobierno iraní es la existencia de formaciones militares y paramilitares en el país, como el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI), que tiene la misión defender el orden constitucional actual, y la Fuerza de Resistencia Basij que cuenta con millones de voluntarios en todo el país y que está subordinado al CGRI.
En este sentido, parece lógico predecir que el Gobierno actual logrará seguir en el poder, concluyó el experto.
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