La Cancillería de Rusia condena la violencia y el golpe de Estado de la oposición boliviana contra Morales y llama a un diálogo político en ese país.
“Una ola de violencia provocada por la oposición ha impedido a Evo Morales terminar su mandato presidencial”, ha denunciado este lunes el Ministerio ruso de Exteriores, en reacción a lo que evalúa de “dramático desarrollo” de la crisis política en Bolivia.
Morales renunció el domingo a su cargo tras un golpe de Estado dirigido por la oposición, que en ningún momento reconoció su reelección en las elecciones del 20 de octubre.
La Cartera rusa insiste en que los últimos avatares de Bolivia constituyen “un golpe de Estado orquestado” contra Morales. El golpe, además, “malogró la disposición del Gobierno de buscar soluciones constructivas y dialogadas a lo largo de esta crisis política interna”.
De hecho, la renuncia del presidente indígena se produjo después de que la Policía y las Fuerzas Armadas del país pidieran el domingo su renuncia. Morales había anunciado en la misma jornada la convocatoria de nuevas elecciones y la renovación de los miembros del Tribunal Supremo Electoral (TSE) para garantizar la paz en el país suramericano, escenario en las últimas semanas de violentos actos de sectores de la oposición en protesta por la reelección de Morales.
Una ola de violencia provocada por la oposición [boliviana] ha impedido a Evo Morales terminar su mandato presidencial”, denuncia el Ministerio ruso de Exteriores.
Las fuerzas políticas de Bolivia tienen ahora la responsabilidad de buscar una salida constitucional para recuperar la paz y la tranquilidad y garantizar los derechos de todos los ciudadanos y el desarrollo económico y social del país, deja claro Moscú.
En Bolivia, secundando a Morales, ha habido una avalancha de renuncias. Algunas se produjeron debido a las amenazas y agresiones de los grupos opositores que permanecieron en las calles como presión para consumar el golpe de Estado.
Rusia se suma a otros países como Cuba, Venezuela, México y Nicaragua, que han condenado la arremetida golpista de la oposición boliviana. El Gobierno del presidente ruso, Vladimir Putin, ya había alertado de las acciones injerencistas de ciertos países, especialmente de EE.UU., en países de Latinoamérica. De hecho, Washington ha movido los hilos de las protestas en Bolivia.
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