Corea del Norte, liderada por Kim Jong-un, ya cuenta con la capacidad de golpear cualquier parte del territorio de EE.UU. con un solo misil, alerta un think tank.
“Pyongyang, probablemente, ya ha alcanzado miniaturizar cabezas nucleares, capaces de colocarse en armas nucleares, como en los misiles de medio alcance, y alcanzar el territorio continental de EE.UU. con un solo misil”, alerta la Fundación Heritage, uno de los laboratorios de ideas conservadores más relevantes de EE.UU. en un informe emitido el miércoles.
Los servicios de Inteligencia estadounidenses, a su vez, han advertido de que Pyongyang ha aumentado la producción de armas nucleares y ha modernizado sus lanzamisiles, recuerda el think tank, antes de enfatizar que Corea del Norte, de hecho, no parece estar deshaciéndose de sus armas de destrucción masiva, sus arsenales ni la producción de nuevas armas.
Las dos cumbres celebras entre Kim y el presidente estadounidense, Donald Trump, lamenta el comunicado, tampoco han contribuido a la reducción del arsenal nuclear y de misiles de Pyongyang.
Teniendo en cuenta todo eso, añade la Fundación Heritage, Corea del Norte sigue siendo una “amenaza definitiva” al territorio estadounidenses, así como, a las bases que tiene en Corea del Sur, Japón y la isla estadounidense de Guam, ubicada en el oeste del océano Pacífico.
Pyongyang, probablemente, ya ha alcanzado miniaturizar cabezas nucleares, capaces de colocarse en armas nucleares, como en los misiles de medio alcance, y alcanzar el territorio continental de EE.UU. con un solo misil”, alerta la Fundación Heritage, uno de los think tanks conservadores más relevantes de EE.UU.
“Pese a dos cumbres celebradas entre Corea del Norte y EE.UU. no se han registrado reducciones en el arsenal de armas de destrucción masiva o en sus capacidades de producción”, se lee en el informe.
El aparente éxito de la primera cumbre histórica de junio de 2018 en Singapur —donde las partes acordaron avanzar hacia una completa desnuclearización de la península a cambio del cese de las maniobras anuales conjuntas EE.UU.-Corea del Sur— allanó el camino para organizar la segunda cita.
No obstante, la nueva cumbre, celebrada en febrero en Vietnam, terminó sin resultados y los diálogos se paralizaron. Pyongyang exigía el levantamiento de las sanciones de EE.UU. a cambio de desmantelar su planta nuclear Yongbyon. Washington, empero, exigía la total desnuclearización.
De hecho, la continuidad de las hostilidades de la Casa Blanca, que incluyen sanciones brutales, complican las condiciones ya precarias de los norcoreanos y han hecho que Pyongyang vaya perdiendo poco a poco la paciencia y empezara a tomar acciones de represalia.
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