El Departamento del Interior de EE.UU. prohíbe el vuelo de drones fabricados en China o con componentes chinos, mencionando peligrosos para la seguridad nacional.
Según un comunicado emitido este jueves por un portavoz estadounidense, el secretario de Interior de Estados Unidos, David Bernhardt, está revisando el programa de aviones no tripulados del Departamento que dirige y “ha ordenado que los drones fabricados en China o con componentes chinos sean prohibidos de vuelo”.
El comunicado explica que está decisión no tendrá efecto en los aparatos utilizados actualmente “para emergencias, como la lucha contra los incendios, las operaciones de rescates y las catástrofes naturales que puedan poner vidas y propiedades en riesgo”.
El Departamento del Interior estadounidense, según el comunicado, tiene 810 drones, 786 de ellos son fabricados en China, y solo 24 drones son de fabricación estadounidense que tienen piezas chinas.
También ha afirmado que la mayoría de tales componentes han sido fabricados en la empresa china DJI Technology, la cual se considera como el líder de esta tecnología con el 70 % del mercado mundial.
El secretario de Interior de Estados Unidos, David Bernhardt, “ha ordenado que los drones fabricados en China o con componentes chinos sean prohibidos de vuelo”, ha expresado un portavoz estadounidense.
El Gobierno de EE.UU. había prohibido en el año 2017 el uso de los drones de la empresa china DJI Technology con el pretexto de conservar seguridad nacional; además, en mayo pasado, el Departamento del Interior estadounidense emitió un comunicado, en cual se alertó sobre el riesgo que suponen los drones chinos para la seguridad.
Anteriormente Washington prohibió a las empresas del país norteamericano que vendan artículos con tecnología punta a Huawei, la compañía china de la que sospecha que espía a favor de Pekín.
Sin embargo, ante tal coyuntura, el Gobierno chino ha acusado en reiteradas ocasiones a Estados Unidos de “abusar del concepto de seguridad nacional” para bloquear las actividades comerciales de China.
La tensión en las relaciones Pekín-Washington ha crecido desde la llegada de Donald Trump a la Presidencia de EE.UU. El mandatario republicano ha comenzado una guerra comercial para presionar al gigante asiático.
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