El reciente desplome de los precios del petróleo ha puesto en jaque a las empresas estadounidenses y a las de la región asiática, revelando una serie de graves problemas en su manera de llevar el negocio. Muchas de estas compañías ahora corren el riesgo de convertirse en los llamados 'ángeles caídos'.
Arabia Saudí es uno de los pocos fabricantes de petróleo para los que la rentabilidad de producción puede conseguirse a 30 dólares por barril. Las empresas rusas también serán capaces de obtener ingresos en estas condiciones, lo que no puede decirse de sus colegas estadounidenses, considera el macroeconomista Dean Baker.
"Es posible que algunos de los fabricantes rusos puedan trabajar obteniendo beneficios, pero en el resto del mundo la extracción de petróleo supone mayores gastos. Y es completamente cierto que las empresas estadounidenses productoras de petróleo de esquisto no podrán ser rentables mientras el barril se mantenga a 30 dólares", destacó a Sputnik el también codirector del Centro para Investigación Política y Económica.
¿Cuál es el precio seguro para EEUU?
Baker señaló que a las empresas estadounidenses apenas les saldrá rentable producir incluso si el valor del petróleo oscila entre 45 y 50 dólares por barril.
El 9 de marzo la marca WTI se desplomó un 25%, hasta situarse en 31,13 dólares por barril, mientras los analistas de Goldman Sachs vaticinaban que este no es el fin del desastre y sugerían que en el futuro esta puede hundirse hasta los 20 dólares.
El boom del petróleo de esquisto en EEUU convirtió a este país norteamericano en el mayor productor de oro negro del mundo y en exportador neto en los últimos meses. Si los precios continúan en la zona de los 30 dólares por barril, los fabricantes se verán obligados a reducir su actividad tanto que la producción de crudo en EEUU podría hundirse 2 millones de barriles diarios desde finales del 2020 hasta finales de 2021, advierten los analistas de la empresa Rystad Energy.
No todos seguirán de fiesta
Los productores estadounidenses ya tuvieron ciertos problemas con la rentabilidad de su negocio antes de las turbulencias de los últimos días. La situación empeoró aún más después de que Arabia Saudí empezase una guerra de precios con el objetivo de hacerse con más cuota de mercado. Ello ha provocado que la explotación de los nuevos yacimientos en EEUU sea menos rentable.
Ahora, solo la producción en los pozos desarrollados por las empresas Exxon Mobil, Occidental Petroleum, Chevron y Crownquest Operating en la Cuenca Pérmica y en la cuenca de Denver son capaces de generar beneficios a 31 dólares por barril, según los datos recogidos por Rystad Energy.
Desafortunadamente, lo mismo no se aplica a los más de 100 productores que operan en una docena de otros campos.
Un típico pozo situado en la Cuenca Pérmica a su paso por Midland requiere que el precio del barril de petróleo cotice a 68 dólares para que los inversores obtengan los retornos adecuados en 24 meses, calcularon los analistas de Bloomberg. Además, los expertos de la agencia esperan que el nivel mínimo del valor del petróleo suba a 50 dólares por barril en el futuro no tan lejano para que el desarrollo de los nuevos pozos genere las ganancias necesarias.
Este requisito está vinculado con el hecho de que los proyectos realizados en los yacimientos con petróleo de esquisto suelen desarrollarse y agotarse rápidamente. Las reservas menguan aquí de una manera más rápida que en los yacimientos convencionales. Por ello, las empresas tienden a extraer más petróleo, desarrollando otros campos con el objetivo de mantener la producción al mismo nivel. Esta característica tan importante hace que los beneficios de los inversores se obtengan más lentamente.
Como resultado, fabricantes como Diamondback Energy y Parsley Energy Inc. anunciaron haber empezado a recortar los presupuestos destinados al desarrollo de sus pozos y advirtieron de sus planes de abandonar las plataformas.
Este requisito está vinculado con el hecho de que los proyectos realizados en los yacimientos con petróleo de esquisto suelen desarrollarse y agotarse rápidamente. Las reservas menguan aquí de una manera más rápida que en los yacimientos convencionales. Por ello, las empresas tienden a extraer más petróleo, desarrollando otros campos con el objetivo de mantener la producción al mismo nivel. Esta característica tan importante hace que los beneficios de los inversores se obtengan más lentamente.
Como resultado, fabricantes como Diamondback Energy y Parsley Energy Inc. anunciaron haber empezado a recortar los presupuestos destinados al desarrollo de sus pozos y advirtieron de sus planes de abandonar las plataformas.
Las deudas se hacen más pesadas
Mientras que es más alto el riesgo de que el mundo entre en recesión, las empresas petroleras cuyas finanzas ya están reduciéndose se verán en terreno resbaladizo. Es muy probable que el número de bancarrotas en EEUU supere al registrado en 2016.
Las posibles quiebras amenazan con contribuir a que surja el llamado fenómeno de los 'ángeles caídos': situación en la que la buena calificación de inversión de una empresa pasa a ser de basura, advirtieron los expertos del banco estadounidense Morgan Stanley citados por Bloomberg.
Después de que los inversores empiecen a huir de los mercados sobrecargados con créditos, las empresas energéticas lo tendrán más difícil para pagar sus deudas. Este no es solo el problema propio de los agentes de EEUU, sino también de los procedentes de otros países. Hasta hoy las compañías energéticas de todo el mundo han vendido en conjunto los bonos con vencimiento en 2020 por valor de 88.000 millones de dólares.
A continuación puedes ver las tres empresas de materias primas que tal vez hayan sido las principales víctimas del reciente terremoto en el mercado petrolero, según Bloomberg.
La empresa indonesia Medco Energi Internasional apostó un día a que los precios del petróleo pudiesen superar los 100 dólares por barril en una década y planeó triplicar la producción de crudo y de gas. Como resultado, los bonos de la empresa con vencimiento en 2026 se desplomaron unos 25 centavos el 9 de marzo.
Los bonos de la compañía Vedanta Resources —con sede en Londres— con vencimiento en el mismo año bajaron unos 25 puntos, hasta situarse en mínimos de récord: 60,25 dólares por una unidad.
Los títulos de deuda de Adaro Indonesia con vencimiento en 2014 también batieron récords, cayendo unos 12,4 puntos hasta situarse en 83,8 dólares por bono.
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