La pandemia del nuevo patógeno, conducirá a cambios permanentes en el poder político y económico del mundo, señala un informe.
La revista estadounidense Foreign Policy, en un artículo publicado el viernes, aseguró que esta crisis, al igual que la caída del Muro de Berlín (9 de noviembre de 1989) o la quiebra de Lehman Brothers en EE.UU. (15 de septiembre de 2008), acarreará al mundo una serie de consecuencias que se harán patentes más tarde.
Para probar esta idea, cita a 12 pensadores líderes de todo el mundo, a los que se les pidió que evaluaran sus predicciones para el orden global después de la pandemia.
Estados Unidos ha reprobado la prueba de liderazgo
Kori Schake, subdirectora general del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, sostiene que EE.UU. ya no será visto como un líder internacional debido al mezquino interés propio y la incompetencia de su Gobierno. “Washington ha fallado su prueba de liderazgo, y el mundo está peor por ello”, afirmó.
Una globalización más centrada en China
A juicio de Kishore Mahbubani, distinguido miembro del Instituto de Investigación de Asia de la Universidad Nacional de Singapur, la pandemia no alterará fundamentalmente las direcciones económicas mundiales, pero acelerará un cambio que ya ha comenzado: un alejamiento de la globalización centrada en EE.UU. hacia una globalización más concretada en China.
Fin de la globalización
Sin embargo, Robin Niblett, director y jefe ejecutivo de Chatham House, cree que la pandemia del nuevo patógeno podría ser la gota que colme el vaso de la globalización económica.
Al respecto, argumenta que el virus está obligando a los gobiernos, las empresas y las sociedades a fortalecer su capacidad para hacer frente a períodos prolongados de autoaislamiento económico, por lo que parece muy poco probable que el mundo vuelva a la idea de la globalización.
Otros cuatro expertos indican que la crisis hará el mundo menos abierto y reforzará el nacionalismo; las democracias occidentales saldrán de su caparazón para encontrar un nuevo tipo de internacionalismo pragmático y protector; puede servir a un propósito útil si el mundo reconoce el verdadero interés en cooperar multilateralmente en los grandes problemas que enfrenta; la rentabilidad disminuirá, pero la estabilidad de la oferta debería aumentar.
El resto predice que el poder estadounidense necesitará una nueva estrategia; la historia de la presente epidemia será escrita por los vencedores; se formará una nueva etapa dramática en el capitalismo global; habrá más Estados fallidos; y, por último, se podrá ver en cada país el poder del espíritu humano.
El nuevo virus, que empezó en diciembre de 2019 en la ciudad china de Wuhan, se ha propagado por más de 180 países del mundo. Hasta ahora, los datos globales indican que la rápida propagación del patógeno ha infectado a más 337000 personas, de las cuales más de 14000 han fallecido y cerca de 96000 se han recuperado.
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