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lunes, 16 de agosto de 2021

Talibán toma control de televisión estatal y palacio presidencial

El grupo armado Talibán se ha hecho con el control de la televisión estatal de Afganistán (RTA) en Kabul, capital, según informan medios locales.

En su primer mensaje al pueblo afgano, difundido este domingo a través de la Radio y Televisión Nacional Afgana (RTA), la banda que ya controla el palacio presidencial, también en Kabul, ha llamado a la nación a “mantener la calma”.

Horas antes, los insurgentes habían ocupado el palacio presidencial, nada más entrar en la capital sin ninguna resistencia de las fuerzas militares y tras la huida del presidente Ashraf Qani hacia Tayikistán y luego a Uzbekistán, de acuerdo a algunos informes.

Decenas de integrantes del grupo armado Talibán, que ya se han apoderado de casi todo el país, entraron en el palacio presidencial en medio de gritos de “victoria”, tal y como se observa en imágenes televisadas.

Los talibanes han compartido tomas del interior del recinto presidencial en las que se ve el lugar vacío, lo cual confirma que, previamente, las autoridades afganas lo habían abandonado.

Este avance de los talibanes se produce mientras el presidente Qani huyó del país y sobre su actual paradero todavía no hay un informe oficial.

Ante el vacío del poder, se ha formado un Consejo de Coordinación, integrado por el expresidente afgano Hamid Karzai; el líder del Consejo de Paz de Afganistán, Abdulá Abdulá; y el líder del partido político Hezb-e-Islami, Gulbudin Hekmatyar, “para prevenir el caos y reducir el sufrimiento de la población y administrar mejor los asuntos relacionados con la paz y la transferencia pacífica” del poder.

Este mismo domingo la banda armada ha asegurado que las embajadas y los diplomáticos extranjeros no serían objeto de ataques de los talibanes y que deberían permanecer en el país. “No habrá ningún riesgo para los diplomáticos, las ONG, para nadie. Todos deben continuar su trabajo”, ha señalado un negociador del grupo Suhail Shaheen.

Los expertos y observadores ven en la nula resistencia del Ejército afgano ante el avance de Talibán en casi todo el país, incluida Kabul (la capital), que el fugitivo mandatario afgano había empezado a entregar a los talibanes algunos distritos, para advertir de las consecuencias de la salida de Estados Unidos de Afganistán y quizás seguir recibiendo el apoyo de Washington; sin embargo, la Casa Blanca ya consideraba a Qani un peón fracasado ni quería gastar más en este juego perdido.

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