Según reportó el lunes por la noche la cadena de televisión yemení Al-Masirah, aviones de combate saudíes llevaron a cabo 17 bombardeos contra Sarwah y otros ocho contra Rahaba, ambas localidades situadas en la provincia de Marib (centro-oeste).
Yemen no se queda de brazos cruzados
Mientras tanto, la cadena catarí Al-Jazeera informó que se registraron, en las últimas horas, enfrentamientos en Marib entre las fuerzas del Ejército yemení apoyadas por los comités populares y los mercenarios de la coalición liderada por el reino saudí, los cuales dejaron varios muertos y heridos.
Además de la operación a gran escala en varios frentes iniciada el lunes en Marib, las fuerzas yemeníes han atacado a las fuerzas de la coalición en el campamento militar de Sahn al-Jin y llevado una ofensiva con aviones no tripulados contra el campamento Jamis Mushait, en la región de Asir, suroeste de Arabia Saudí,
El recinto de Jamis Mushait alberga importantes instalaciones militares de la monarquía saudí, mientras que el de Sahn al-Jin acoge el ministerio de defensa del antiguo gobierno del expresidente fugitivo yemení Abdu Rabu Mansur Hadi —que cuenta con el apoyo de Arabia Saudí—, por lo tanto, ambos disfrutan de considerable importancia estratégica.
La escalada de combates en Marib se produce después del fracaso de los intentos diplomáticos para poner fin a la guerra, así como del rechazo de la coalición saudí al plan, propuesto por la parte yemení, para la tregua en Marib.
Marib consta de 14 ciudades importantes yemeníes, nueve de las cuales han sido completamente liberadas y solo cinco están aun ocupadas parcialmente por los agresores. Sin embargo, el avance de las fuerzas yemeníes es tan acelerado que se acercan cada vez más a la victoria en esta provincia, considerada el último bastión de las fuerzas respaldadas por Riad en el norte de Yemen.
A pesar de que la agresión y el bloqueo impuestos por el reino árabe y sus aliados han convertido a Yemen en un “infierno”, según las Naciones Unidas, el Ejército yemení ha podido resistir y desarrollar sus capacidades militares de manera que ya es capaz de disuadir la agresión saudí, responder a sus crímenes y hasta golpear los objetivos militares y vitales de los agresores. Con todo, la parte yemení ha prometido suspender sus operaciones de represalia siempre que Riad ponga fin a su devastadora guerra y bloqueo.
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