En junio, el Banco Popular de China exigió que los principales bancos y operadores de pagos cumplan estrictamente con los requisitos para limitar los riesgos de colocar activos en criptomonedas. Además, las autoridades de la provincia de Sichuan, donde se concentran muchas granjas mineras, les prohibieron el uso de electricidad.
Todos estos eventos llevaron al hecho de que las grandes empresas comenzaran a irse de China, donde, según algunas fuentes, se extraía alrededor del 60% de bitcoines hasta junio.
Por ejemplo, las empresas estadounidenses de minería de criptomonedas se están "mudando" masivamente a Estados Unidos y Canadá y, según el director de Marathon Digital Holdings, Fred Thiel, algunas están considerando Kazajstán y Rusia. Sobre todo porque es muy caro transportar equipos a EEUU. Además de los altos costos de transporte, existen aranceles sobre la importación de computadoras del 25%. Las pérdidas resultantes pueden ser enormes.
"Es como si General Motors tuviera que cerrar completamente su planta en un lugar y reconstruir la misma planta en otro lugar", dijo Thiel.
El bitcóin reaccionó al endurecimiento de la política en China con una caída a corto plazo, pero pronto el curso comenzó a recuperarse. En la noche del 22 de agosto, el precio ronda los 48.500 dólares, mientras que hace un mes, valía 32.400 dólares.
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