El 23 de agosto, el foro Plataforma de Crimea, reunió en Kiev a representantes de 46 países presididos por Ucrania para debatir el “regreso” de la península a Ucrania.
En este sentido, la diplomática rusa aclaró a través de un comunicado publicado en la página web del Ministerio de Exteriores ruso que, “Tendremos que considerar la participación de ciertos países, organizaciones internacionales y sus representantes en la Plataforma de Crimea como una atentado contra la integridad territorial de Rusia, lo que inevitablemente tendrá un impacto correspondiente sobre nuestras relaciones”, precisó.
Al desarrollar su postura, la portavoz del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores tras señalar a una de las declaraciones de tal reunión de llamar a Rusia a unirse a las actividades de la plataforma, enfatizó que esta demanda es totalmente imposible por el carácter antirruso de la cumbre.
Además, la vocera rusa mostró la preparación de su país de tener interacción con otros socios internacionales para “liberar el único potencial de la Crimea rusa”, invitando a los países extranjeros a participar en una plataforma de una verdadera Crimea para hablar sobre la cooperación económica, humanitaria y cultural.
Anteriormente, el canciller ruso, Serguéi Lavrov, criticó la celebración del foro de la Plataforma de Crimea y lo tildó de “otra bacanal”.
¿Cómo inició la tensión Ucrania-Rusia?
En 2014, se oscurecieron las relaciones entre Kiev y Moscú por la anexión de la estratégica península de Crimea a Rusia, como fruto de un referéndum en el que más del 96 % de sus habitantes votó a favor de adherirse a la Federación Rusa.
Desde entonces, Rusia y Ucrania, apoyada por el Occidente, siguen sin poder superar las brechas que surgieron a raíz de esta coyuntura, que condujo a Kiev a involucrarse en una campaña bélica contra los grupos soberanistas de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en el este del territorio ucraniano, justamente al lado de las fronteras rusas.
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