Mediante un comunicado emitido el viernes, el mandatario estadounidense anunció su decisión de asignar una ayuda militar de 60 millones de dólares (algo más de 50 millones de euros) al Ejército de Ucrania.
“Delego en el secretario de Estado [Antony Blinken] el retiro de hasta 60 millones de dólares en artículos y servicios de defensa del Departamento de Defensa, y educación y entrenamiento militar para brindar asistencia a Ucrania”, rezó la nota de prensa divulgada por la Casa Blanca.
De acuerdo con el texto, este paquete de ayuda militar se designa en el marco de la Ley estadounidense de Asistencia Extranjera aprobada en 1961.
No es primera vez que Washington intenta echar leña al fuego del conflicto entre Kiev y Moscú. El 11 de junio, el Departamento de Estado de EE.UU. designó 150 millones de dólares para reforzar al Ejército de Ucrania bajo el argumento de preservar la integridad territorial ucraniana y mejorar su interoperabilidad con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Las relaciones entre Moscú y Kiev se deterioraron, cuando la península de Crimea se reincorporó a Rusia tras un referéndum en marzo de 2014. Más del 96 % de los crimeos votó a favor de la incorporación a la Federación Rusa.
Desde entonces, Rusia y el Occidente siguen sin poder superar las brechas que surgieron a raíz de esta coyuntura que condujo a Ucrania involucrarse en una campaña bélica contra los grupos soberanistas de las repúblicas populares de Donetsk (RPD) y Lugansk (RPL), en este del territorio ucranio.
En este contexto, las autoridades rusas acusan al Occidente, encabezado por EEUU, de incitar a Kiev a iniciar un nuevo conflicto con los separatistas y desestabilizar las fronteras rusas.
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