El auge de la construcción y la fabricación ha sido uno de los principales impulsores de la recuperación de China en 2021 y sigue desempeñando un papel importante en el crecimiento económico. La industria requiere mucha electricidad, las provincias chinas buscan limitar su generación para cumplir con los objetivos de Pekín de reducir las emisiones de dióxido de carbono.
Al mismo tiempo, el carbón, principal fuente de electricidad, se encarece debido a la alta demanda, lo que agrava los problemas para suministrar electricidad a las empresas. Debido a la crisis energética, las fábricas están recortando la producción, lo que amenaza la economía del Estado. También podría generar problemas en otros países, ya que la crisis industrial en China ejercerá una presión adicional sobre las cadenas de suministro mundiales.
Julian Evans-Pritchard, economista senior en Capital Economics, cree que la caída en China no se debe a la falta de energía. "De hecho, la industria comenzó a contraerse incluso antes de los recientes cortes de energía", dijo. Según las previsiones de Evans-Pritchard, la crisis industrial de China seguirá empeorando.
Según algunos indicadores, China ha mostrado un fuerte crecimiento. Por ejemplo, el índice de actividad empresarial del sector servicios pasó de 47,5 puntos a 53,2 puntos, lo que muestra una mejora en la demanda de los consumidores. El PMI de Caixin subió de 49,2 puntos a 50 puntos, lo que indica una actividad estable en septiembre después de haber disminuido en agosto.
Sin embargo, el panorama económico general preocupa a los economistas. Los analistas de Nomura, Bank of America y Goldman Sachs han reducido sus previsiones para el crecimiento del PIB de China en 2021. Los expertos ven la escasez de energía como una amenaza para el crecimiento económico. Los expertos en finanzas de Goldman Sachs también consideraron el riesgo de la crisis de deuda del mayor desarrollador de China, Evergrande.
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