En días anteriores se ha sabido que las fuerzas armadas de ucrania han logrado derribar algunos aviones de combate rusos, destacando el caso del potente avión de control y mando aéreo, el A50. Pero no solo Ucrania ha podido derribar este impresionante avión de inteligencia de datos ruso, sino que también ha logrado, según autoridades ucranianas y occidentales, destruir modernos cazas rusos Su-35 y Su-34.
Para lograr estos derribos de aeronaves de combate rusas los ucranianos se han valido de modernos sistemas antiaéreos de fabricación occidental, destacando el caso de los complejos antiaéreos estadounidense modelo Patriot.
Recordemos que estos complejos antiaéreos norteamericanos han tenido serias dificultades en el pasado para lograr derribar misiles y drones, situación que se ha presentado en Siria, Irak y Arabia saudita, a tal grado que los saudíes se negaron a seguir utilizándolos y en su lugar optaron por complejos antiaéreos de origen francés y alemán, como el IRIS-T desplegado actualmente en Ucrania.
Pero se entiende que los complejos Patriot actualmente desplegados en Ucrania son las versiones más modernas de este sistema antimisiles, por lo tanto, las deficiencias registradas en Irak y arabia saudita se han corregido, a tal grado que han demostrado una buena eficiencia sobre suelo ucraniano.
También es lógico suponer que los especialistas que operan estos complejos antiaéreos de origen estadounidense no son ucranianos, sino que son personal de las fuerzas armadas de los países miembros de la OTAN. Porque no olvidemos que los países occidentales, con EEUU a la cabeza de todos ellos, han declarado una guerra abierta contra rusia, señalando que no permitirán un triunfo de las fuerzas armadas rusas y que harán todo lo posible para evitarlo, a tal grado que en días pasados el presidente francés habló de la posibilidad de desplegar fuerzas militares de la OTAN en suelo ucraniano para combatir al ejército ruso. ¿Así, o más claro?
Ante esta situación, y aunque no hayan sido derribados todos los aviones rusos que supuestamente ucrania ha logrado derribar, es seguro que algunos si han sido destruidos, destacando, como lo repito, el caso del avión de alerta temprana y control aéreo ruso, el A50. Recordemos que esta aeronave rusa es muy valiosa para el ejército ruso, o para las fuerzas armadas de cualquier otro país, pues es muy útil a la hora de coordinar los ataques de la fuerza aérea rusa, así como a la hora de rastrear y ubicar las posiciones de los comandos y equipo militar del ejército ucraniano. Es más, esta aeronave era la encargada de ubicar en el aire a los aviones de combate ucranianos, así como de dirigir los misiles hipersónicos de ultra largo alcance rusos modelo R-37 hacia ellos, evitando de esta manera poner en riesgo a las aeronaves rusas exponiéndolas a los sistemas antiaéreos ucranianos, como los Patriot mencionados.
Pues bien, debido a estos derribos, así como a la dificultad para penetrar el espacio aéreo ucraniano cubierto por los radares de los sistemas antiaéreos occidentales en poder de ucrania, es que rusia ha decidido poner en juego a sus más modernos aviones de combate de quinta generación plus, es decir, a los Su-57.
Estas aeronaves de combate furtivas rusas son ideales para penetrar las defensas antiaéreas ucranianas y destruir los complejos antiaéreos en poder de los ucranianos, pues debido a su capacidad furtiva pueden pasar desapercibidos a los radares ucranianos para así poder destruirlos sin ser detectados.
Además, no solo son utilizados para penetrar las defensas antiaéreas ucranianas y destruirlas, sino que también son utilizados para diezmar a las fuerzas armadas de ucrania pues son inmunes a sus sistemas de defensa aérea, aun a las más modernas, como los mencionados complejos antiaéreos modelo Patriot de fabricación estadounidense. De esta manera el Su-57 se está utilizando para lanzar bombas planeadoras modelo Drel sobre las concentraciones de personal de las fuerzas armadas de ucrania, haciendo imposible evitar su destrucción porque no tienen defensa alguna contra el Su-57, además de que las bombas planeadoras son muy difíciles de derribar, aun para los complejos antiaéreos occidentales más modernos.
Pero el Su-57 no solo está destruyendo activamente la defensa antiaérea ucraniana y atacando sus concentraciones de personal y equipo con bombas planeadoras modelo Drel, sino que también está haciendo un uso activo del moderno misil Kh-59MK2 para realizar la misma función.
De esta manera el Su-57 está demostrando su extrema eficacia y su proyección como pilar de la fuerza aérea rusa del futuro inmediato, a tal grado que se ha aumentado su producción y se le siguen haciendo mejoras, así como creando nuevas armas para el avión furtivo ruso.
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