En las primeras horas de este viernes, ocho cohetes fueron disparados desde la región de Al-Furat, en los alrededores de Bagdad y tres de ellos impactaron uno de los cuarteles de la base Victoria, del Ejército de Estados Unidos, ubicada cerca del Aeropuerto Internacional de Bagdad.
Según ha informado la agencia iraquí de noticias Nas News, poco después de la acometida, los estadounidenses desplegaron un sistema antimisiles C-RAM en la instalación para interceptar otros cohetes y destruirlos.
Este es el segundo despliegue de este tipo en una semana, y tiene el propósito de proteger las bases militares y sedes diplomáticas norteamericanas en Irak. El primer sistema C-RAM, que fue emplazado el viernes pasado, no pudo contrarrestar con éxito la ofensiva de hoy.
Otros reportes locales indican que los aviones de combate de EE.UU. han estado realizando patrullas aéreas sobre la Zona Verde, donde se hallan localizadas la legación estadounidense y algunas instituciones gubernamentales iraquíes.
Estados Unidos no coordina el despliegue de estos sistemas con el Gobierno de Irak, lo cual se considera una violación de los acuerdos firmados el 7 de abril entre Washington y Bagdad sobre el futuro de la presencia militar estadounidense en el país árabe, según señalan varios expertos.
En este sentido, los grupos de Resistencia iraquíes han amenazado en varias ocasiones con asestar duros golpes, si las fuerzas invasoras estadounidenses no fijan una fecha concreta para el repliegue definitivo de sus fuerzas, que siguen en Irak, bajo el pretexto de luchar contra los grupos terroristas.
Las acometidas a las instalaciones militares y diplomáticas norteamericanas se están sucediendo, mientras que los iraquíes elevan cada vez más la voz para demandar la salida de las tropas de EEUU, sobre todo, tras el brutal asesinato del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, y el subcomandante de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shab, en árabe), Abu Mahdi al-Muhandis, en un ataque selectivo ejecutado el pasado 3 de enero de 2020.
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