El director del Departamento para Asia del Ministerio de Exteriores, Zamir Kabulov, ha informado este domingo de los esfuerzos de su país para convocar una reunión en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, tras la entrada de los talibanes en la capital de Afganistán, Kabul.
“Estamos trabajando en ello”, ha declarado Kabulov en declaraciones concedidas a la agencia oficial de noticias rusa Sputnik.
El funcionario ruso, sin embargo, ha aclarado que debido al rápido avance de Talibán, es poco probable que esa cita pueda cambiar la situación actual en el país centroasiático.
En otro momento de sus declaraciones, ha dado a conocer que Moscú “no está preparando la evacuación del personal de la embajada” en Kabul, a diferencia de algunos países que han tomado tal decisión.
Moscú se ha manifestado preocupado por la posibilidad de que la inestabilidad que vive Afganistán afecte a Asia Central y los territorios de sus aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (O-T-S-C).
Los talibanes han intensificado sus ataques desde mayo, precisamente, en momentos en que las tropas de EE.UU. y la Organizacón del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se preparan para concluir el 31 de agosto su retirada de Afganistán, tras dos décadas de presencia militar infructífera.
Talibán acaba de afirmar esta misma jornada que supuestamente ha logrado tomar el control de todo el territorio de Afganistán, según reportan medios. Por su parte, el Ministerio del Interior afgano ha anunciado previamente que los combatientes del grupo armado empezaron a entrar en la capital afgana.
El avance de Talibán, en paralelo con la retirada de las fuerzas de EE.UU. de Afganistán, para algunos observadores no es mera coincidencia.
De hecho, dicen que Washington, cuya presencia en Afganistán causó un inmenso sufrimiento para el pueblo afgano, está reforzando a los insurgentes para encontrar una justificación a futuras misiones en pro de sus intereses en el país asiático.
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