Más de 24 senadores republicanos pidieron el jueves que la Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, sea investigada por miles de millones de dólares en equipos militares sensibles incautados por los talibanes en Afganistán.
En una misiva al secretario de Defensa de EEUU, Lloyd Austin, los senadores Bill Cassidy, Marco Rubio, Ted Cruz y otros 22 republicanos del Senado expresaron una gran preocupación por el estado del equipo militar estadounidense de alta tecnología abandonado en Afganistán como resultado de la retirada “mal ejecutada” del presidente demócrata.
Miles de millones de dólares en armas estadounidenses están ahora en manos de los insurgentes tras el rápido colapso de las fuerzas de seguridad afganas que fueron entrenadas para usar el equipo militar. Entre las armas incautadas por los talibanes se encuentran los helicópteros Black Hawk y el avión de ataque A-29 Super Tucano, escriben los senadores republicanos en su carta.
Los talibanes se hicieron con el control de Kabul el domingo sin la menor resistencia del ejército afgano entrenado por Estados Unidos, después de que el presidente Ashraf Qani huyera del país, poniendo fin a una campaña de dos décadas en la que Washington y sus aliados habían prometido transformar la nación devastada por la guerra.
Los senadores pidieron a la Administración Biden que contabilice el equipo militar financiado por los contribuyentes estadounidenses que puede haber caído en manos de los talibanes después de que el grupo armado controla todo el país centroasiático.
También han circulado en la web fotos de combatientes talibanes empuñando carabinas M4 y rifles M16 de fabricación estadounidense. Los militantes han sido vistos con Humvees estadounidenses y vehículos resistentes a las minas, informó el portal norteamericano The Hill.
Estados Unidos entregó muchas de estas armas y vehículos como parte de los miles de millones de dólares gastados a lo largo de los últimos 20 años para intentar apuntalar a las fuerzas armadas de Afganistán.
“Es inconcebible que el equipo militar de alta tecnología pagado por los contribuyentes estadounidenses haya caído en manos de los talibanes. Asegurar los activos estadounidenses debería haber estado entre las principales prioridades del Departamento de Defensa de Estados Unidos antes de anunciar la retirada de Afganistán”, acotan los senadores.
El grupo armado Talibán ya tiene bajo su control casi todo el territorio afgano, tras la conquista de 33 de las 34 capitales provinciales de Afganistán en las últimas dos semanas.
El avance de los talibanes en Afganistán ha ocurrido poco después de que las fuerzas de Estados Unidos y de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que invadieron Afganistán en 2001, comenzaran la fase final de la retirada.
Varias figuras en EE.UU. y a nivel internacional ya admiten que la invasión de Afganistán no era una buena decisión, peor aún esta precipitada retirada que dejó el poder en las manos de Talibán, grupo que hace 20 años iba a erradicar Washington.
Además, los expertos consideran que la situación actual que experimenta Afganistán ha asestado una vez más un golpe fatal a la imagen de Estados Unidos en el mundo.
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