Una mujer sostiene un cartel que dice 'Yo soy Charlie' en la plaza de la república de París
Doce muertos y cuatro heridos en estado crítico es el saldo provisional del tiroteo en la sede del semanario satírico Charlie Hebdo, situado en la calle Nicolas Appert, en el distrito 11 de París, que ya se ha convertido en uno de los peores atentados en Francia hasta la fecha. Dos encapuchados entraron poco después de las 11.00 horas en la sede de la publicación, armados con Kalashnikov y,al grito de Allahu Akbar (Dios es grande), tirotearon a los trabajadores del diario.
Pese al número inicialmente mencionado de dos atacantes, un testigo contaba a EL MUNDO que vio a tres personas, una tercera persona conduciendo el coche negro en el que los sospechosos han huido. Fuentes policiales y el Ministerio del Interior francés han avalado después esa tesis.
A pocos metros, el Boulevard Richard Lenoir, situado en una céntrica zona residencial de la capital francesa, seguía cortado cinco horas después de lo sucedido, en un devenir incesante de ambulancias, policía, medios de comunicación, y curiosos.
"Yo he oído cinco disparos realizados con dos armas distintas",aseguraba un residente, militar jubilado. "Al parecer gritaban algo sobre el profeta, pero creo que burros hay en todas las religiones".
El director tenía escolta
En el asalto han muerto el director del semanario y viñetista, Stéphane Charbonnier, alias Charb, y otros de los dibujantes más conocidos de la publicación, como Cabu, Wolinsky y Tignous. Charb tenía protección policial y uno de los agentes muertos podría formar parte de su escolta.
"Los han matado a todos, han matado a los principales periodistas de 'Charlie Hebdo'", afirmaba entre lágrimas Virginie, directora de cine. "Si en medio de París puede producirse este tipo de actos, es que es el fin, esto es la guerra".
Isabelle Sauvage ha estado a punto de darse de bruces con los atacantes. "Los vi cuando torcía a calle, a lo lejos, acababan de salir del edificio, y corrían hacia mí", cuenta desde una cafetería cercana. Explica que ha visto a un hombre mayor delante de ella que seguía caminando hacia los encapuchados y se ha lanzado a apartarle del camino.
"Estaba sordo y no oía los disparos", señala, y explica que ambos se refugiaron en una residencia para ancianos aledaña antes de ver cómo la policía intentaba detener el coche de los agresores, que se han dado a la fuga.
Frente al cordón policial, establecido a unos trescientos metros de lugar del atentado, se agolpaba la prensa y los residentes, que tampoco podían acceden a la zona. La policía científica llegaba al lugar de los hechos hacia las 14.00 horas, pero los agentes seguían dando, horas después del ataque, poca o ninguna información sobre el avance de la investigación.
Varios líderes musulmanes se han acercado al lugar, para romper una lanza en favor de la libertad de expresión y pedir que no se mezcle islam con "lo que defienden los yihadistas".
Manifestaciones espontáneas
El imán de Drancy, Hassen Chalghoumi, que en ocasiones anteriores ya defendió a la publicación satírica, afirmaba: "Han disparado contra la libertad, quienes han muerto son mártires de la libertad". El rector de la Mezquita de París, Dalil Boubakeur, también se ha desplazado y ha criticado un "acto de guerra y barbarie".
Decenas de concentraciones han sido convocadas en numerosas ciudades de toda Francia esta tarde y empieza a haber manifestaciones espontáneas en lugares como la plaza de la República en París, situada a pocas calles de la sede del semanario.
"Este es un momento de unión republicana, de solidaridad de todos los franceses. Espero que ahora no se recurra a la estigmatización de los musulmanes", dice Isabel Sauvage, y el dueño de la cafetería, de rasgos árabes, asiente con la cabeza.
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