En un intento a la desesperada de lograr la paz en el este de Ucrania, la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, viajaron el viernes a Moscú para entrevistarse con el presidente ruso, Vladimir Putin. El objetivo es que haga a los separatistas comprometerse con una nueva protesta de paz. Por la noche los tres mandatarios se habían retirado a cenar juntos y sin hacer declaraciones tras tres horas de conversaciones a solas, a puerta cerrada, sin la compañía de ningún asesor y con la sola ayuda de los servicios de traducción.
El plan, de acuerdo con algunas filtraciones que se han producido, está basado en los acuerdos de Minsk que trajeron el alto el fuego el pasado septiembre. Pero según algunos medios, incluiría esta vez tanto eldespliegue de cascos azules como el reconocimiento de la nueva línea de contacto que separa el territorio dominado ahora por los prorrusos del resto de Ucrania. Ambas novedades disgustan a Kiev, que ya ha tratado de marcar su territorio recordando que no aceptará que su integridad territorial y su soberanía se vean condicionadas por terceras partes. La presencia de cascos azules podría suponer unreconocimiento de facto del territorio secesionista, congelando un conflicto que Kiev espera dejar atrás algún día y poder integrarse en las estructuras europeas.
Una fuente diplomática declaró que del resultado de las conversaciones podía depender que las nuevas sanciones que prepara la Unión Europea contra Rusia fueran más o menos severas. El viceministro de Defensa ruso, Anatoli Antonov, podría ser incluido en la lista de individuos y entidades sujetas a sanciones de la Unión Europea, según fuentes diplomáticas citadas por Reuters. Se da la circunstancia de que Antonov participa estos días en la Conferencia de Seguridad que se celebra en Múnich y en cuya agendaUcrania es uno de los temas principales.
De momento se sabe poco más de los nombres de las 19 personas y 9 entidades que engrosarán esta lista, que la UE amplía periódicamente desde que en marzo pasado, tras la incorporación de Crimea aRusia, anunciara la prohibición de entrada en el territorio comunitario y la congelación de activos a personas a las que acusa de atentar contra la integridad territorial de Ucrania. Bruselas se ha dado cuenta de que sus sanciones hacen daño a Rusia pero no doblegan a Putin. Pero teme que el suministro de armas al bando ucraniano por parte de EEUU divida a la UE y sobre todo que relance el conflicto hacia una guerra total.
Las expectativas de avances eran bajas antes de empezar. Sobre todo porque los últimos avances que han logrado los rebeldes han dejado viejos los acuerdos de paz alcanzados en Minsk, que trazaban una línea del frente que los secesionistas han movido hacia el oeste en algunos puntos, robando 500 kilómetros cuadrados. Pero Europa necesita un acuerdo más que EEUU. Y está buscando vías para normalizar las relaciones con Moscú, como explicó el embajador de la Unión Europea en Rusia, Vygaudas Usackas. La atmósfera en Moscú era tensa desde el primer momento, con Merkel y Hollande partiendo directamente desde la escalerilla del avión hacia el Kremlin, sin los tradicionales agasajos a los líderes extranjeros.
Mientras tanto los rebeldes pro rusos y autoridades ucranianas acordaron el viernes la creación de un corredor humanitario para permitir la salida de civiles atrapados en la localidad de Debaltsevo, situada junto a la línea del frente y que estos días es el epicentro de los combates en el este de Ucrania. Han sido dos semanas en las que la ciudad ha sido golpeada por intensos bombardeos.
Los prorrusos siguen robando territorio a Kiev. Estos días han avanzado y ya tomaron Vuhlehirsk, un asentamiento rural 10 kilómetros al oeste. Anoche seguían intentando capturar Debaltsevo, que es de vital importancia porque une por ferrocarril sus dos bastiones principales: las ciudades de Donetsk y Lugansk.
Durante la tarde decenas de autobuses viajaban en convoy a Debaltsevo, tanto desde territorio bajo control rebelde como del Gobierno, para sacar a la gente y ponerla fuera de peligro. El secretario general de laOTAN, Jens Stoltenberg, se reunirá hoy con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, y el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, aprovechando la Conferencia de Seguridad en Múnich. FUENTE
Fuente: El Mundo
El plan, de acuerdo con algunas filtraciones que se han producido, está basado en los acuerdos de Minsk que trajeron el alto el fuego el pasado septiembre. Pero según algunos medios, incluiría esta vez tanto eldespliegue de cascos azules como el reconocimiento de la nueva línea de contacto que separa el territorio dominado ahora por los prorrusos del resto de Ucrania. Ambas novedades disgustan a Kiev, que ya ha tratado de marcar su territorio recordando que no aceptará que su integridad territorial y su soberanía se vean condicionadas por terceras partes. La presencia de cascos azules podría suponer unreconocimiento de facto del territorio secesionista, congelando un conflicto que Kiev espera dejar atrás algún día y poder integrarse en las estructuras europeas.
Una fuente diplomática declaró que del resultado de las conversaciones podía depender que las nuevas sanciones que prepara la Unión Europea contra Rusia fueran más o menos severas. El viceministro de Defensa ruso, Anatoli Antonov, podría ser incluido en la lista de individuos y entidades sujetas a sanciones de la Unión Europea, según fuentes diplomáticas citadas por Reuters. Se da la circunstancia de que Antonov participa estos días en la Conferencia de Seguridad que se celebra en Múnich y en cuya agendaUcrania es uno de los temas principales.
De momento se sabe poco más de los nombres de las 19 personas y 9 entidades que engrosarán esta lista, que la UE amplía periódicamente desde que en marzo pasado, tras la incorporación de Crimea aRusia, anunciara la prohibición de entrada en el territorio comunitario y la congelación de activos a personas a las que acusa de atentar contra la integridad territorial de Ucrania. Bruselas se ha dado cuenta de que sus sanciones hacen daño a Rusia pero no doblegan a Putin. Pero teme que el suministro de armas al bando ucraniano por parte de EEUU divida a la UE y sobre todo que relance el conflicto hacia una guerra total.
Las expectativas de avances eran bajas antes de empezar. Sobre todo porque los últimos avances que han logrado los rebeldes han dejado viejos los acuerdos de paz alcanzados en Minsk, que trazaban una línea del frente que los secesionistas han movido hacia el oeste en algunos puntos, robando 500 kilómetros cuadrados. Pero Europa necesita un acuerdo más que EEUU. Y está buscando vías para normalizar las relaciones con Moscú, como explicó el embajador de la Unión Europea en Rusia, Vygaudas Usackas. La atmósfera en Moscú era tensa desde el primer momento, con Merkel y Hollande partiendo directamente desde la escalerilla del avión hacia el Kremlin, sin los tradicionales agasajos a los líderes extranjeros.
Mientras tanto los rebeldes pro rusos y autoridades ucranianas acordaron el viernes la creación de un corredor humanitario para permitir la salida de civiles atrapados en la localidad de Debaltsevo, situada junto a la línea del frente y que estos días es el epicentro de los combates en el este de Ucrania. Han sido dos semanas en las que la ciudad ha sido golpeada por intensos bombardeos.
Los prorrusos siguen robando territorio a Kiev. Estos días han avanzado y ya tomaron Vuhlehirsk, un asentamiento rural 10 kilómetros al oeste. Anoche seguían intentando capturar Debaltsevo, que es de vital importancia porque une por ferrocarril sus dos bastiones principales: las ciudades de Donetsk y Lugansk.
Durante la tarde decenas de autobuses viajaban en convoy a Debaltsevo, tanto desde territorio bajo control rebelde como del Gobierno, para sacar a la gente y ponerla fuera de peligro. El secretario general de laOTAN, Jens Stoltenberg, se reunirá hoy con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, y el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, aprovechando la Conferencia de Seguridad en Múnich. FUENTE
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