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miércoles, 16 de noviembre de 2016

Los misiles del crucero nuclear de batalla Pedro el Grande



Rusia, en sus operaciones en el territorio sirio, hace uso de una amplia gama de armas de última tecnología, entre ellos el crucero nuclear Pedro el Grande.

En septiembre pasado la agencia de noticias iraní Fars reportó acerca de un artículo publicado en árabe por la agencia estatal de noticias rusa Sputnik, en el cual se informaba de un ataque con tres misiles crucero lanzados desde barcos de guerra rusos en el Mediterráneo que destruyeron un centro de mando y control de apoyo a los terroristas integristas suníes en Siria. Lo importante de la noticia fue que en el ataque murieron 30 oficiales extranjeros, probablemente todos de inteligencia, que incluían a agentes del Mossad judío israelí, americanos, británicos, turcos, saudíes y cataríes que asesoraban y probablemente impartían órdenes a grupos terroristas radicales que operan en las provincias sirias de Alepo e Idlib. Se reportó que el centro de mando y control destruido se hallaba localizado en la parte oeste de la provincia siria de Alepo, en la montaña Sam’an.

El ataque que destruyó el centro de mando y control terrorista y a los oficiales anglosajones, judíos israelíes, turcos y árabes del Golfo Pérsico probablemente fue el llevado a cabo por las corbetas de misiles teledirigidos de la clase Buyan-M que lanzaron este agosto pasado desde el Mediterráneo Oriental un ataque con 3 misiles crucero Kalibr (Calibre) 3M14 (SS-N-30 según la clasificación de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, OTAN). Lo interesante es que se reportó inicialmente que el centro de mando destruido por las corbetas de misiles teledirigidos de la Flota del Mar Negro rusa pertenecía al Frente Al-Nusra de Al-Qaeda (ahora autollamado Frente Fatah al-Sham), lo que apuntaría hacia la complicidad del régimen del Presidente Barack Hussein Obama de EE.UU., de Israel, el Reino Unido de la Gran Bretaña, Turquía, Arabia Saudí y Catar en apoyar a Al-Qaeda en Siria contra el Estado Sirio. A estos países patrocinadores del terrorismo integrista sunita en Siria hay que añadir Francia, Alemania, Jordania, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, la Libia post Gadafi, entre otros más.

En vista de los reportados estrechos lazos operacionales entre el régimen de Obama de EE.UU., el Reino Unido, Israel, Turquía, Arabia Saudí y Catar y el previamente llamado Frente Al-Nusra de Al-Qaeda, al ser vinculado dicho grupo terrorista integrista sunita con los ataques con armas químicas ejecutados en Siria, cabe vincular a sus patrocinadores, Washington, Londres, Tel Aviv, Ankara, Riad y Doha, en la ejecución de dichos ataques químicos prohibidos por el derecho internacional.

Sirviéndose de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), a las cuales influencia, el régimen de Obama de EE.UU. a la cabeza de sus aliados acusó a Siria de cometer ataques químicos que fueron en realidad llevados a cabo por el Frente Al Nusra de Al-Qaeda. Dichos ataques de armas químicas habrían sido planeados y autorizados por el mismo EE.UU. y Reino Unido (cuyos agentes fueron matados junto con sus asociados judíos israelíes, turcos, saudíes, qataríes y terroristas del Frente Al-Nusra por el ataque naval ruso de misiles crucero de agosto pasado), por su asociación con y patrocinio de la organización terrorista radical sunita vinculada a Al Qaeda. Ambas potencias anglosajonas son miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU

Según se ha comentado, el régimen del Presidente Barack Obama habría pretendido utilizar la acusación espuria de que el Estado Sirio llevó a cabo ataques con armas químicas en 2015 como excusa para EE.UU. intervenir militarmente en Siria. El propósito de dicha intervención americana sería para intentar mejorar la fortuna militar de los varios grupos terroristas integristas sunitas que EE.UU. apoya contra el Ejército Sirio, incluyéndose el evitar la caída de la parte oriental de la ciudad de Alepo, ocupada por los terroristas sunitas apoyados por Washington y sus aliados, y asediada por las fuerzas sirias.

Es en esta tensa situación internacional que el 15 de octubre pasado una fuerza naval de combate de la Flota Septentrional rusa, visiblemente centrada en el portaaviones Almirante Kuznetsov, el crucero de batalla de misiles teledirigidos y propulsión nuclear Pedro el Grande y dos destructores antisubmarinos de la clase Udaloy, puso rumbo del Mar de Barents en el Océano Ártico al Mar Mediterráneo, como demostración de la determinación de Moscú de defender sus intereses en el Mediterráneo Oriental y en Siria, y de defender tanto a sus fuerzas basadas en Siria como al Estado Sirio.

Este poderoso grupo naval de la Flota Septentrional de Rusia que se integra a la Flotilla del Mediterráneo rusa, al parecer por hasta unos 4 meses, tendría como un objetivo el decidir la situación militar en Siria a favor del Estado Sirio ante sus enemigos externos (EE.UU. y sus potencias aliadas patrocinadoras del terrorismo radical sunita en Siria e Irak ) e internos (los grupos terroristas integristas sunitas apoyados por EE.UU. y sus aliados, como el Frente Al-Nusra de Al-Qaeda, Daesh, el Ejército Libre de Siria (FSA), Jaysh Al Islam y Ahrar Al-Sham, entre otros grupos y coaliciones terroristas).

El grupo naval ruso centrado en el portaaviones Almirante Kuznetsov y el crucero de batalla de misiles teledirigidos Pedro el Grande habría sido también enviado al Mediterráneo como advertencia a EE.UU. y a sus aliados mencionados, involucrados en patrocinar el terrorismo integrista sunita en Siria, de que no intenten intervenir militarmente de manera ofensiva directa y abierta contra el Estado Sirio una vez que pasen las elecciones presidenciales y legislativas de EE.UU. de este 8 de noviembre. Este mensaje iría en particular dirigido al régimen estadounidense del presidente Barack Obama.

La fuerza naval de combate de la Flota Septentrional rusa habría sido además enviada al Mediterráneo Oriental como advertencia al nuevo presidente electo de EE.UU. (en particular si hubiese sido elegida Hillary Clinton), y a sus aliados mencionados involucrados en patrocinar el terrorismo integrista sunita en Siria, de que no intenten intervenir militarmente de manera directa y abierta contra el Estado Sirio al comienzo de la nueva presidencia de EE.UU. Esta advertencia habría sido dirigida más hacia Hillary Clinton de haber sido elegida, en vista de que la ex primera dama, exsenadora y ex secretaria de Estado amenazaba como presidenta – junto con aquellos considerados favoritos para integrar su gabinete presidencial y equipo de seguridad nacional - con establecer una zona de exclusión aérea sobre Siria contra la Fuerza Aérea Siria y la aviación militar rusa operando en este país, y con intervenir militarmente para derrocar al Gobierno Sirio. La amenaza de un ataque americano a Siria se desvanecería si el nuevo Presidente electo de EE.UU., Donald Trump, cumple con su promesa electoral de cooperar con el Presidente Vladimir Putin de Rusia en destruir al grupo terrorista integrista sunita Daesh.

Cabe destacar que el mayor poder ofensivo del grupo naval ruso no se halla concentrado en el portaaviones Almirante Kuznetsov, sino en el crucero de batalla de misiles teledirigidos Pedro el Grande, el cual es el buque insignia de la Flota Septentrional de Rusia.

El crucero de batalla de misiles teledirigidos Pedro el Grande de la clase Kirov/Almirante Ushakov incorpora en su diseño el concepto clásico del crucero de batalla británico, enfatizando dicho concepto potencia de fuego, velocidad y autonomía, según Lawrence Burr en su libro British Battlecruisers 1914-1918 publicado por la editorial británica Osprey.

La potencia de fuego del Pedro el Grande es misilística, incorporando potencia de fuego ofensiva contra blancos navales y terrestres a base de misiles crucero, y potencia de fuego defensiva a base de misiles antiaéreos y antimisil. Su velocidad máxima reportada es de 32 nudos (32 millas marítimas por hora), de acuerdo a Eric Wertheim en la publicación del Instituto Naval de EE.UU. (USNI) The Naval Institute Guide to Combat Fleets of the World, 16th Edition. El crucero de batalla ruso posee una autonomía de 60 días en alta mar y de 14,000 millas marinas a 30 nudos de velocidad proporcionados por su sistema de propulsión nuclear, según Wertheim.

Es de esperar que de construirse, futuros navíos de guerra de esta categoría incluirán también como característica de diseño y supervivencia tecnologías de invisibilidad al radar, de baja detección acústica y de invisibilidad a sensores electro-ópticos.

Los cruceros de batalla de la clase Kirov/Almirante Ushakov en dimensiones y tonelaje son similares a los cruceros de batalla británicos de la clase Renown como eran en 1916, según datos de Burr, aunque los navíos rusos son de mayor longitud máxima y mayor calado que los navíos ingleses de acuerdo a datos de Wertheim.

El crucero de batalla fue diseñado para dominar a todos los demás cruceros y navíos de guerra por debajo de su categoría, como actualmente son los destructores, fragatas y corbetas enemigas.

Los cruceros de batalla de misiles teledirigidos de la clase Kirov/Almirante Ushakov como el Pedro el Grande fueron diseñados para destruir los navíos de línea de superficie dominantes en Occidente y en la guerra naval desde la Segunda Guerra Mundial en el siglo XX hasta el presente, los portaaviones y en particular los portaaviones de propulsión nuclear de la Armada de EE.UU.

La misión de combate naval sería una de las principales del crucero de batalla Pedro el Grande de haber un conflicto con EE.UU. y la OTAN, atacando una fuerza naval enemiga que amenazase o atacase a la Flotilla del Mediterráneo rusa, al Estado Sirio y a las fuerzas rusas en Siria.

El arma ofensiva principal del Pedro el Grande y de los navíos de su clase es el misil crucero antinavío P-700 Granit (Granito), identificado por la OTAN como el misil SS-N-19 “Shipwreck” (“navío naufragado”), estando armado los cruceros de batalla rusos con 20 misiles crucero Granit, según Wertheim. A su vez, el portaaviones Almirante Kuznetsov además de su complemento de aviones está armado con 12 misiles crucero Granit de acuerdo a Wertheim.

Según Duncan Lennox en la publicación británica IHS Jane’s Weapons: Strategic 2012-2013, el misil crucero P-700 Granit, identificado como el misil crucero 3M45, tiene un alcance máximo de 550 km con una velocidad de crucero de Mach 2.5 a altura, con descenso terminal en picado sobre el objetivo, portando una ojiva de guerra de 750 kg de peso, que puede ser convencional o nuclear táctica con 500 kilotones de potencia, equivalente a medio millón de toneladas de TNT. Sirvan de contraste las bombas atómicas americanas que destruyeron las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, con una potencia de 20 kilotones, equivalente a 20,000 toneladas de TNT, cada una.

Los misiles crucero rusos P-700 Granit han sido diseñados para ser lanzados en salva contra portaaviones nucleares americanos, según Wertheim. Como si fuera el líder de una escuadrilla de aviones de ataque, el misil Granit que encabeza una salva de misiles lanzados contra un objetivo u objetivos navales selecciona el blanco o los blancos prioritarios de un grupo naval enemigo. El misil Granit “líder” así envía los datos de vuelta al crucero de batalla ruso, que selecciona los blancos finales a atacar para cada uno de los misiles crucero Granit que componen la salva de misiles en vuelo contra el grupo de navíos enemigos a ser atacado, de acuerdo a Lennox.

Con inteligencia artificial, un misil crucero modernizado Granit podría, al liderar una formación de misiles P-700 en vuelo, identificar los blancos prioritarios y asignarlos a los otros misiles lanzados de la salva con tecnología de interoperabilidad y enlaces de datos (datalink). Así, si el misil líder es destruido, otro misil de la salva de misiles P-700 ocuparía su lugar, compartiendo la información de ataque obtenida por sus sensores y teniendo asignado cada misil su objetivo prioritario a atacar.

Según Lennox, el misil Granit tiene un sensor dual de radar activo y pasivo, teniendo el misil la capacidad de adoptar maniobras evasivas para no ser interceptado por las defensas del enemigo. De acuerdo a Lennox, se ha reportado que el misil Granit puede ser dotado de un sistema de guiado a base de un sensor infrarrojo, que podría ser actualmente de imagen en infrarrojo (IIR). Este tipo de sensor le podría permitir al misil Granit atacar tanto blancos terrestres como navales con precisión.

Así, el crucero de batalla Pedro el Grande y el portaaviones Almirante Kuznetsov podrían utilizar misiles crucero Granit para atacar objetivos terrestres, en particular en apoyo del Ejército Sirio en la batalla de Alepo y para bombardear objetivos de Daesh. Ésta sería otra misión que llevaría a cabo el grupo de combate de la Flota Septentrional de Rusia que ha reforzado la Florilla del Mediterráneo rusa.

Según Lennox, el misil crucero Granit puede volar al objetivo rasante sobre el mar a una velocidad de Mach 1.5, tras descender de un vuelo de crucero a altura, teniendo un alcance de 200 km en dicha aproximación al objetivo con perfil de vuelo de vuelo alto a vuelo bajo. Con una ojiva de guerra de menor peso, el P-700 tiene un alcance máximo de 625 km de acuerdo a la fuente de Jane’s. Dicha ojiva puede ser probablemente de 500 kg (como el misil P-120 Malaxit), 450 kg (como los misiles 3M54M1 y 3M14 Klub/Kalibr) ó 320 kg (como el misil P-270 Moskit), con una probable potencia nuclear de 200 kilotones (como los misiles Malaxit y Moskit y probablemente como el misil Klub/Kalibr) ó inclusive de hasta 350 kilotones (como el misil estratégico aire-superficie Kh-15 - con ojiva de guerra de 150 kg - ó el misil crucero antinavío P-500 Bazalt), de acuerdo a datos de Lennox.

Los misiles Granit podrían estar armados con una ojiva convencional de 750 kg HESAP (siglas en inglés para alto explosivo, semiperforante de blindaje) para penetrar la cubierta blindada de los portaaviones nucleares americanos. Así, podrían bastar 3 misiles Granit impactando en picado a velocidades de no menos de Mach 2.5 ó 2.5 veces la velocidad del sonido para penetrar la cubierta blindada y provocar explosiones internas e incendios que hundan al portaaviones o que lo dejen como un casco incinerado. El impacto de un Granit sobre la cubierta blindada de los lanzadores verticales Mk 41 de los cruceros y destructores americanos con el sistema de combate AEGIS podría provocar la explosión de los misiles americanos Standard antiaéreos y antimisil, y los misiles crucero Tomahawk en dichos lanzadores impactados, causando una explosión catastrófica que partiese en dos y hundiese al navío.

Otra misión de gran importancia que el crucero de batalla Pedro el Grande llevaría a cabo sería la de proporcionar defensa aérea y antimisil con sus misiles superficie-aire (SAM), destacándose el sistema Fort-M, identificado por la OTAN como el SA-N-20, que está dotado de un total de 96 misiles, de acuerdo a Wertheim. Según Lennox, este misil tiene un alcance máximo de 150 km y puede interceptar objetivos a una altitud de 27 km, siendo el sistema Fort-M equivalente al sistema SAM terrestre S-300PMU-2 Favorit, identificado por la OTAN como el sistema SA-20. Para defensa aérea de corto alcance del grupo naval ruso, el Pedro el Grande está armado con el sistema Kinzhal ó SA-N-9 según la OTAN, equivalente al sistema SAM terrestreTor ó SA-15 según la OTAN, contando el navío con 96 misiles embarcados de acuerdo a Wertheim. La Flotilla del Mediterráneo estaría también protegida por las baterías de sistemas antiaéreos y de defensa antimisil rusos de largo alcance basados en Siria, los S-400 y S-300V4, ambos con un alcance máximo de 400 km.

En combinación con los sistemas SAM y defensa antimisil S-400 y S-300V4 basados en suelo sirio, el crucero de batalla Pedro el Grande armado del sistema SAM Fort-M y operando en el Mediterráneo Oriental podría cumplir las misiones adicionales de defender a las fuerzas sirias y rusas y a sus bases en suelo sirio y, de requerirse, de imponer una zona de exclusión aérea rusa sobre mar y tierra, incluyendo regiones adyacentes a Siria, en defensa del Estado Sirio y de las fuerzas rusas en el Levante.
Por Dr. Lajos Szaszdi Leon-Borja

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