De acuerdo con información publicada este viernes en el portal norteamericano CNN, citando un comunicado de prensa de la Marina de EE.UU., el buque de combate litoral USS Gabrielle Giffords (LCS 10), variante Independencia, demostró con éxito las capacidades del misil de ataque naval (NSM, por su acrónimo en inglés de Naval Strike Missile) durante el ejercicio bienal “Pacific Griffin”.
Este ejercicio se realiza en las aguas cercanas a Guam, en el Pacífico, con el objetivo de mejorar la competencia combinada en el mar al tiempo que se fortalecen las relaciones entre las Armadas de Estados Unidos y Singapur. Esta vez ha probado diversos misiles, pero destaca el NSM, un misil de crucero que es difícil de detectar en el radar y puede maniobrar para evitar las defensas enemigas.
El contralmirante Joey Tynch, comandante del Grupo de Logística del Pacífico Occidental, que supervisa la cooperación en materia de seguridad para la Marina de Estados Unidos en el sudeste asiático, dijo que el despliegue de Gabrielle Giffords envió un mensaje muy claro del compromiso continuo de Estados Unidos con la seguridad marítima en la región.
LCS (el buque de combate litoral USS Gabrielle Giffords) da un puñetazo y da a los posibles adversarios otra razón para permanecer despiertos por la noche (…) Somos más fuertes cuando navegamos juntos con nuestros amigos y socios y LCS es una adición importante a la alineación”, remarcó el contralmirante Joey Tynch, comandante del Grupo de Logística del Pacífico Occidental.
El test de EEUU, visto por la CNN como un desafío a China, tuvo lugar la misma jornada en que se celebraba un gran desfile militar con motivo del 70.º aniversario de la creación de la República Popular China.
En el evento, ante la presencia del presidente chino, Xi Jinping, se exhibieron distintos tipos de armas y equipos bélicos jamás vistos hasta hoy en público, entre ellos, el misil DF-41, con capacidad nuclear y que podría llegar a territorio de Estados Unidos en 30 minutos.
“Se trata de mostrar cuánto progreso ha logrado y cuánto más avanzado está en comparación con años anteriores. Ahora, China tiene una mejor capacidad para defenderse. Merece un trato igualitario y justo de otras potencias”, declaró Tong Zhao, analista militar y profesor del Centro Carnegie Tsinghua, en comentarios sobre el desfile a la CNN.
En EE.UU. cunde cada vez más la preocupación por la potencia militar de sus principales rivales. A mediados del pasado noviembre, la Comisión de Estrategia de Defensa Nacional del Congreso advirtió de que la superioridad militar norteamericana en el mundo se “ha erosionado hasta alcanzar un grado peligroso” y de que Washington podría perder una guerra con China o Rusia.
Mientras tanto, Pekín ha desarrollado muchísimo su tecnología armamentística, teniendo cerca de 280 ojivas nucleares, pero ha dicho que quiere un “mínimo disuasivo nuclear creíble”, y ha asegurado que no será el primero en usar armas atómicas en un conflicto.
El test de EEUU, visto por la CNN como un desafío a China, tuvo lugar la misma jornada en que se celebraba un gran desfile militar con motivo del 70.º aniversario de la creación de la República Popular China.
En el evento, ante la presencia del presidente chino, Xi Jinping, se exhibieron distintos tipos de armas y equipos bélicos jamás vistos hasta hoy en público, entre ellos, el misil DF-41, con capacidad nuclear y que podría llegar a territorio de Estados Unidos en 30 minutos.
“Se trata de mostrar cuánto progreso ha logrado y cuánto más avanzado está en comparación con años anteriores. Ahora, China tiene una mejor capacidad para defenderse. Merece un trato igualitario y justo de otras potencias”, declaró Tong Zhao, analista militar y profesor del Centro Carnegie Tsinghua, en comentarios sobre el desfile a la CNN.
En EE.UU. cunde cada vez más la preocupación por la potencia militar de sus principales rivales. A mediados del pasado noviembre, la Comisión de Estrategia de Defensa Nacional del Congreso advirtió de que la superioridad militar norteamericana en el mundo se “ha erosionado hasta alcanzar un grado peligroso” y de que Washington podría perder una guerra con China o Rusia.
Mientras tanto, Pekín ha desarrollado muchísimo su tecnología armamentística, teniendo cerca de 280 ojivas nucleares, pero ha dicho que quiere un “mínimo disuasivo nuclear creíble”, y ha asegurado que no será el primero en usar armas atómicas en un conflicto.
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