Según ha reportado este domingo la agencia de noticias francesa AFP, citando a uno de sus corresponsales, más de 70 vehículos blindados con la bandera de Estados Unidos, cargados de material militar y escoltados por helicópteros, han pasado por la carretera internacional, a la altura de Tal Tamr, al sur de la localidad fronteriza de Ras Al-Ain, en la provincia nororiental de Al-Hasaka.
Por su parte, el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH) ha informado esta misma jornada de que el convoy ha abandonado la base de Sarrin, cerca de la ciudad de Ain Al-Arab (también conocida como Kobani), localizada en la provincia norteña de Alepo, y se ha dirigido hacia Al-Hasaka.
Esa base “es la mayor base militar estadounidense en el norte (...)”, ha precisado el director del OSDH, Rami Abdel Rahman.
La medida adoptada por el país norteamericano se lleva a cabo en el marco de la anunciada retirada de unos 1000 militares de esta región dos días antes del final de una tregua acordada por EE.UU. y Turquía para detener la agresión turca en las regiones norteñas del país árabe contra las milicias kurdas, consideradas “terroristas” por Ankara.
Conforme al acuerdo de alto el fuego, Ankara debía suspender, por 120 horas, sus ataques a los kurdo-sirios y permitir que las milicias kurdas se retirasen de la “zona segura” establecida por Turquía, que, de hecho, supone un área de más de 400 kilómetros a lo largo de la frontera con Siria.
La base de Sarrin es la mayor base militar estadounidense en el norte (de Siria)”, ha precisado el director del opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), Rami Abdel Rahman.
Las fuerzas norteamericanas se han retirado en los últimos días de otras tres bases, entre ellas, una en la ciudad norteña de Manbij y otra situada también cerca de Kobani, en las proximidades de la frontera con Turquía.
El sábado, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, dio a conocer que los casi 1000 soldados que se retiran del norte de Siria se trasladarán hacia el oeste de Irak para, supuestamente, seguir su lucha contra los terroristas del EIIL (Daesh, en árabe).
Ante esta coyuntura, tanto Siria como Irak han denunciado la presencia militar de EE.UU. en sus respectivos territorios.
El presidente sirio, Bashar al-Asad, tachó, a su vez, el viernes de “fuerzas de ocupación” a las tropas de EE.UU. y Turquía, de conformidad con el derecho internacional. En esta línea, hizo hincapié en que la presencia de estos efectivos es del todo ilegal y, por lo tanto, deben abandonar el país árabe.
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