“Para subrayar nuestro compromiso, estamos poniendo fin a todo apoyo estadounidense a las operaciones ofensivas en la guerra en Yemen, incluyendo la venta de armas”, ha declarado este jueves Biden en un discurso ofrecido en el Departamento de Estado en Washington, capital de EE.UU.
No obstante, el flamante mandatario estadounidense ha asegurado que el país norteamericano seguirá con su respaldo a Arabia Saudí para defender su soberanía y territorio, argumentando que el reino árabe está en posición de los posibles hostigamientos de su “permanente enemigo, Irán”.
Dichas contradicciones, especialmente en el primer discurso del nuevo inquilino de la Casa Blanca en lo tocante a la política exterior desde que asumió el cargo el 20 de enero, cuestionan la seriedad de Biden sobre remodelar las políticas adoptadas por su antecesor, Donald Trump, tal como ha prometido él mismo una y otra vez.
El apoyo de Estados Unidos a los ataques a Yemen comenzó en 2015, cuando Biden ya era vicepresidente en el gobierno de Barack Obama (2009 – 2017). Además, durante su campaña electoral de 2020, el demócrata había prometido revisar la relación de su país con Riad y poner fin al apoyo de Washington a la agresión saudí contra Yemen.
La injusta guerra contra Yemen, en especial los bombardeos saudíes con armas estadounidenses, hasta la fecha ha dejado a decenas de miles de civiles yemeníes muertos y ha causado condiciones cercanas a la peor hambruna que ha visto el mundo en décadas en el país más pobre del mundo árabe, desatando una ola de críticas internacionales.
La grave situación humanitaria que afronta la población yemení comenzó en marzo de 2015, con el inicio de la campaña de bombardeos y bloqueo de Arabia Saudí y sus aliados, con la intención de restaurar en el poder al fugitivo expresidente yemení Abdu Rabu Mansur Hadi.
Washington ha aprovechado la oportunidad para cerrar multimillonarios acuerdos armamentísticos con el régimen de Al Saud y se ha convertido en el mayor proveedor de armas a Arabia Saudí, a la cabeza de la coalición que lleva a cabo una brutal agresión contra el empobrecido Yemen.
Tras el discurso de Biden, desde Riad se han mostrado satisfechos de que el nuevo presidente de EE.UU. haya decidido cumplir con sus compromisos sobre el apoyo a Arabia Saudí y a la defensa de la soberanía de esta monarquía petrolera árabe, según la agencia estatal saudí de noticias Wass.
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