En un discurso formulado el viernes durante la reunión anual del comienzo del mes de Muharram (primer mes del calendario lunar), el prominente líder iraquí consideró inaceptable tener una política exterior que no concuerde con la política interior, y subrayó la importancia de cimentar las relaciones bilaterales con los países de la región, de acuerdo con los intereses y prioridades de Irak.
Al respecto, declaró que los esfuerzos de Bagdad para reconstruir las relaciones con los países vecinos y con el mundo han hecho de Irak un campo de entendimiento, acuerdos y diálogos regionales e internacionales, no un lugar para venganzas y conflictos destructivos.
De este modo, pidió poner fin a las disputas sobre las instituciones de seguridad del país y las acusaciones contra los miembros de todas las ramas de las Fuerzas Armadas, en especial, contra las Unidades de Movilización Popular, Al-Hashad Al-Shabi.
“Es hora de convertirse en un país con una soberanía territorial perfecta, donde no haya ninguna fuerza extranjera y, lo más importante, no haya tropas estadounidenses”, recalcó al-Hakim.
La indignación popular crece cada vez más en el país árabe después de que se destapó la implicación de las fuerzas norteamericanas en distintos actos desestabilizadores en el territorio iraquí, incluido el apoyo a los terroristas y ataques a posiciones de las fuerzas populares que luchan contra el terrorismo.
El Gobierno de EE.UU. y el de Irak llegaron a un acuerdo en julio, mediante el cual el país norteamericano pondría fin a su “misión de combate” en Irak a finales de año, sin embargo, todos los soldados estadounidenses no volverán a casa.
Entretanto, las fuerzas iraquíes han advertido que una de sus prioridades es la expulsión de las tropas ocupantes y, si las tropas norteamericanas no se marchan, “atacarán los intereses” de EE.UU. en Irak.
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