"El Gobierno de Eslovaquia tiene una postura clara: no participaremos en los suministros militares a Ucrania, ya que este conflicto no tiene solución militar, así que no nos uniremos a esta iniciativa checa", declaró Blanar en su intervención ante los cancilleres del Grupo de Visegrado retransmitida por la televisión eslovaca.
La iniciativa en cuestión la presentó en febrero pasado el presidente checo, Petr Pavel, en respuesta a la petición urgente de Kiev mientras la ayuda de la Unión europea se estaba retrasando. Según Pavel, Praga encontró la posibilidad de comprar fuera de la Unión Europea 800.000 proyectiles de artillería para entregarlos a Kiev con la ayuda financiera de Estados Unidos, Alemania, Suecia y algunos otros países. El plan ya cuenta con el respaldo de otros países europeos como Alemania, Francia, Portugal y Polonia.
Rusia critica los suministros de armas a Ucrania por parte de Occidente, argumentando que complican la resolución del conflicto e involucran directamente a la Alianza Atlántica, y advierte que cualquier cargamento con armas para Kiev pasará a ser un blanco legítimo para sus fuerzas.
Según el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, EEUU y la OTAN toman parte directa en el conflicto en Ucrania con los suministros de armamento y el entrenamiento de militares ucranianos en territorios del Reino Unido, Alemania, Italia y otros países. El Kremlin sostiene que la política de Occidente de nutrir de armas a Ucrania no contribuye a las negociaciones ruso-ucranianas y solo tendrá un efecto negativo.
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