EE.UU. dice que no mantendrá sus tropas cerca de las fronteras turcas ni apoyará “la operación largamente planeada” por Ankara en el norte de Siria.
“Turquía llevará a cabo en breve su largamente planeada operación en el norte de Siria. Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos no apoyarán ni se involucrarán en dicha operación”, anunció la Casa Blanca en un comunicado emitido el domingo.
Tras derrotar al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe), las fuerzas estadounidenses saldrán de la zona y de ahora en adelante Turquía será “responsable” de todos los terroristas de Daesh capturados en los últimos dos años en el norte de Siria, añade la nota.
La Casa Blanca también aprovechó la ocasión para criticar a Francia y Alemania, entre otros países europeos, por no facilitar la repatriación de sus ciudadanos, integrados en las filas de Daesh hasta su detención.
La nota se emitió tras una conversación telefónica entre los presidentes de EE.UU. y Turquía, Donald Trump y Recep Tayyip Erdogan, respectivamente.
Turquía llevará a cabo en breve su largamente planeada operación en el norte de Siria. Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos no apoyarán ni se involucrarán en dicha operación”, comunica la Casa Blanca.
Erdogan denunció vía telefónica su frustración, ya que Washington no ha cumplido su promesa de establecer una “zona segura” en el norte de Siria para frenar posibles ataques a su territorio de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG, en sus siglas en kurdo), afiliadas sirias del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo), grupo kurdo que está en la lista negra de Turquía.
Ambos mandatarios acordaron reunirse el próximo mes en Washington para abordar la creación de la mencionada “zona segura”, tal y como acordaron el 7 de agosto. La zona cubre un tramo entre el río Éufrates y la frontera iraquí y separa la frontera turca de las localidades bajo el control de YPG, respaldados por EE.UU.
No obstante, el mandatario turco, al parecer, no va a esperar a que EE.UU. actúe. De hecho, el sábado anunció que lanzará de manera “inminente” una nueva operación militar contra los milicianos kurdos en el norte de Siria. Distintos analistas consideran el anuncio una declaración “no oficial de guerra” contra el país árabe.
El Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad, denuncia la presencia extranjera y cualquier plan para Siria sin la autorización de Damasco, e insiste en que el éxito de cualquier vía política para la paz depende directamente de la salida del país de las fuerzas foráneas no invitadas, las estadounidenses y turcas incluidas.
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