“Ya comenzó la producción en serie de robots de combate, pero no son modelos experimentales, sino robots que incluso pueden exhibirse en películas de ciencia ficción, capaces de actuar de forma autónoma”, indicó el ministro ruso de Defensa, Serguéi Shoigu, en el maratón educativo New Knowledge, celebrado entre el jueves y el sábado.
Al indicar que estos robots están desarrollados con inteligencia artificial, Shoigu añadió que se trata de “las armas del futuro” en las cuales se ha invertido un gran esfuerzo.
El ministro ruso de Defensa dijo que su país también tiene planes para fabricar armas de láser, una idea que, de acuerdo con Shoigu, fue una “ficción hace 20 años”, pero, ahora, “es una realidad” para Rusia.
Uno de los robots que ya están incorporados al Ejército de Rusia es el Urán-9. Se trata de una máquina destinada a misiones de reconocimiento y destrucción de vehículos blindados rivales. Entre sus características, destaca su equipamiento con cohetes antitanques, un cañón automático de 30 milímetros, una ametralladora de 7,62 milímetros o un lanzallamas.
Otro de los artefactos destacados es el robot submarino Poseidón, que tiene propulsión nuclear. Tal y como explicó en 2018 el presidente ruso, Vladimir Putin, este tipo de máquinas pueden portar munición convencional y nuclear. Así, servirían para atacar a una amplia variedad de rivales, como fortificaciones costeras, portaviones con buques de escolta u obras de infraestructura.
Este año, las Fuerzas Armadas de Rusia incorporarán una gran novedad: las primeras unidades de la bomba planeadora PBK-500U Drel. Es un artefacto invisible para los radares y que destaca por incorporar 15 submuniciones autoguiadas equipadas cada una con un paracaídas.
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