El desarrollo del bombardero estratégico furtivo chino Xian H-20 es un indicio de que el gigante asiático ya ha cerrado la brecha con EE.UU. en tecnología militar y está preparado para liderar el avance revolucionario que tendrá lugar en el siglo XXI en ese campo, opina Scott Ritter, exoficial de inteligencia del Cuerpo de Marines de Estados Unidos y exinspector de armamento de la ONU, en un artículo escrito para RT.
En 2018, el Departamento de Defensa de EE.UU. estimaba que la aeronave, de largo alcance y con capacidad para transportar armas nucleares, podría estar lista en el transcurso de diez años. Sin embargo, reportes más recientes pronosticaban su entrada en servicio incluso para el 2025.
La publicación en mayo de este año de las primeras imágenes con el aspecto del bombardero reforzó aún más la idea de que el mismo se encuentra en un estado avanzado de desarrollo, señala el autor.
Pero advierte que, si bien H-20 —capaz de alcanzar la base estadounidense en Guam— es visto por algunos como una "amenaza que cambia el juego" para el poderío de EE.UU. en el Pacífico, es otra la razón por la que su desarrollo realmente debería inquietar a los analistas militares occidentales.
"Mientras que un bombardero furtivo podría darles a los chinos opciones a la hora de golpear objetivos dentro del radio operativo de 5.000 millas (8.000 kilómetros), el hecho es que el arsenal actual de misiles de medio alcance de China brinda el mismo rango con mayor garantía de destrucción", argumenta Ritter.
"Desprovisto de cualquier capacidad global de reabastecimiento, el bombardero H-20 es incapaz de ser más que un sistema de armamento regional cuya utilidad es limitada", explica.
A pasos agigantados
En opinión del experto, el verdadero impacto de la nueva tecnología china "proviene de la rapidez con la que China fue capaz de diseñar, probar, producir y, con toda probabilidad, desplegar un bombardero de clase mundial que se espera que iguale las capacidades del bombardero estratégico estadounidense de próxima generación, el B-21 'Raider'".
Mientras EE.UU. se ha enfocado en operaciones militares contra insurgentes en detrimento de guerras convencionales y "despilfarrando" billones de dólares en sus campañas en Afganistán e Irak, China se mantuvo centrada en crear una capacidad militar de clase mundial
"En muchos sentidos, al progreso acelerado demostrado por China respecto del H-20 se equipara con el del caza de quinta generación, el J-20, el cual iguala o excede las capacidades de sus equivalentes de EE.UU., el F-22 y el F-35", continúa.
Pero mientras EE.UU., tras los atentados del 2001, se ha enfocado en operaciones militares contrainsurgentes en detrimento de guerras convencionales y "despilfarrando" billones de dólares en sus campañas en Afganistán e Irak, China se mantuvo centrada en crear una capacidad militar de clase mundial, opina Ritter.
En 2018, el Departamento de Defensa de EE.UU. estimaba que la aeronave, de largo alcance y con capacidad para transportar armas nucleares, podría estar lista en el transcurso de diez años. Sin embargo, reportes más recientes pronosticaban su entrada en servicio incluso para el 2025.
La publicación en mayo de este año de las primeras imágenes con el aspecto del bombardero reforzó aún más la idea de que el mismo se encuentra en un estado avanzado de desarrollo, señala el autor.
Pero advierte que, si bien H-20 —capaz de alcanzar la base estadounidense en Guam— es visto por algunos como una "amenaza que cambia el juego" para el poderío de EE.UU. en el Pacífico, es otra la razón por la que su desarrollo realmente debería inquietar a los analistas militares occidentales.
"Mientras que un bombardero furtivo podría darles a los chinos opciones a la hora de golpear objetivos dentro del radio operativo de 5.000 millas (8.000 kilómetros), el hecho es que el arsenal actual de misiles de medio alcance de China brinda el mismo rango con mayor garantía de destrucción", argumenta Ritter.
"Desprovisto de cualquier capacidad global de reabastecimiento, el bombardero H-20 es incapaz de ser más que un sistema de armamento regional cuya utilidad es limitada", explica.
A pasos agigantados
En opinión del experto, el verdadero impacto de la nueva tecnología china "proviene de la rapidez con la que China fue capaz de diseñar, probar, producir y, con toda probabilidad, desplegar un bombardero de clase mundial que se espera que iguale las capacidades del bombardero estratégico estadounidense de próxima generación, el B-21 'Raider'".
Mientras EE.UU. se ha enfocado en operaciones militares contra insurgentes en detrimento de guerras convencionales y "despilfarrando" billones de dólares en sus campañas en Afganistán e Irak, China se mantuvo centrada en crear una capacidad militar de clase mundial
"En muchos sentidos, al progreso acelerado demostrado por China respecto del H-20 se equipara con el del caza de quinta generación, el J-20, el cual iguala o excede las capacidades de sus equivalentes de EE.UU., el F-22 y el F-35", continúa.
Pero mientras EE.UU., tras los atentados del 2001, se ha enfocado en operaciones militares contrainsurgentes en detrimento de guerras convencionales y "despilfarrando" billones de dólares en sus campañas en Afganistán e Irak, China se mantuvo centrada en crear una capacidad militar de clase mundial, opina Ritter.
Una nueva realidad
Y de esta forma, asegura, China no solo ha alcanzado a EE.UU. desde el punto de vista tecnológico, sino que está preparada para tomar la delantera en los próximos años.
Además, advierte que la realidad política de Washington impedirá que el país norteamericano logre destinar los recursos necesarios para revertir esta situación, con lo cual, a pesar de tener un presupuesto militar 3 veces mayor que el de Pekín, seguirá obteniendo "resultados deficientes".
Y concluye que "si el siglo XXI verdaderamente es la época de una revolución en los asuntos militares, esta revolución estará centrada en China, no en Estados Unidos. El bombardero H-20 es tan solo la manifestación más reciente de esta nueva realidad".
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