Según se desprende de unos documentos clasificados que han sido recientemente filtrados en su totalidad en la red, los estrategas militares estadounidenses se decantaron en 1958 por una serie de ataques nucleares contra el territorio de la china continental con objetivo de disuadir a las tropas del Ejército Popular de Liberación de China de lanzar un ataque invasiva sobre Taiwán, mientras sus artillerías seguían bombardeando las islas controladas por fuerzas nacionalistas taiwanesas.
Los planificadores estadounidenses también asumieron que la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en apoyo a China tomaría represalia nuclear contra EE.UU., un precio que consideraron que valía la pena pagar para proteger a la isla taiwanesa, conforme recoge el documento desclasificado publicado por primera vez el sábado por el diario New York Times.
En 1971, un joven analista militar estadounidense llamado Daniel Ellsberg difundió a los medios una docena de páginas de un estudio de carácter secreto denominado “Papeles del Pentágono” que abordaba sobre la Guerra de Vietnam.
Ellsberg, ahora de 90 años, ha decidido divulgar la restante parte del texto clasificado en el que se desarrolla sobre el inicio de la crisis de Taiwán, allá en 1958, que enfrentó a EE.UU. con China, dando origen a la separación de la isla respecto a la china continental.
Si se hubiera producido una invasión sobre Taiwán, el general Nathan Twining, el entonces presidente del Estado Mayor Conjunto de EEUU, “dejó claro que Estados Unidos habría utilizado armas nucleares contra las bases aéreas chinas para evitar una campaña aérea exitosa sobre la isla”, anota el documento.
De acuerdo al texto, Twining había advertido de que si esta medida no hubiera sido suficiente para disuadir la referida invasión, entonces “no habría otra alternativa que llevar a cabo más ataques nucleares a gran escala sobre las regiones situadas más al norte del puerto chino de Shanghai”.
Sin embargo, agrega, el entonces presidente de EEUU, Dwight D. Eisenhower, decidió confiar, en un primer momento, en el uso de las armas convencionales en lugar del vasto arsenal nuclear estadounidense.
La crisis de 1958 terminó cuando las tropas chinas detuvieron los ataques de artillería en las islas controladas por Taiwán, dejando el área bajo el control de las fuerzas nacionalistas lideradas por Chiang Kai-shek.
En 1979, se rebajó la escalada de tensiones entre Washington y Pekín al tomar un nuevo rumbo con el establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambas capitales, aunque EE.UU. sigue manteniendo fuertes vínculos con Taipéi, tanto en lo militar como en lo económico, desde entonces.
Pekín, que considera a Taiwán parte inseparable de su territorio, ve estos movimientos de Estados Unidos, entre ellos, la venta de armas a Taiwán, como una violación de su soberanía y contrario a la política de “una sola China” que tienen por meta respaldar a los separatistas en la región.
Por ello, a menudo se escala las tensiones entre ambas partes como las últimas registradas a causa del cuestionamiento por parte de EE.UU. en temas que incluyen el comercio, la ciberseguridad, la tecnología, la nueva ley de seguridad nacional de Hong Kong y las disputas territoriales en el mar de la China Meridional.
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